Naruto: 10 cosas que molestan incluso a los fans más fieles

Naruto es uno de los animes más influyentes de su generación, junto con Bleach y One Piece, y hace muchas cosas bien. Tiene el protagonista mejor desarrollado de los tres y demostró que se pueden abordar temas complejos del mundo real dentro de un shonen. Además, los villanos están dotados de una gran profundidad.

Sin embargo, no está exenta de defectos. Se tambalea notablemente al llegar a su conclusión, algo con lo que incluso los mayores fans de Naruto podrían estar de acuerdo.

El estándar de oro de tener demasiado relleno en un anime es tristemente Naruto. A pesar de lo buena que era la serie, es difícil olvidar el hecho de que la cantidad de relleno que tiene a menudo empequeñece a otros shonen de larga duración en episodios.

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Ninguna serie debería tener cientos de episodios de relleno en cada una de sus adaptaciones. Y lo que es peor, la mayor parte de ellos son horribles. Hay algunos puntos brillantes aquí y allá (Chikara), pero en su mayor parte, los episodios son basura sin sentido.

Toda la revelación no tenía ninguna base y fue sacada de la nada para darles a cada uno un poder, lamentablemente un tema recurrente hacia el final de la serie. El problema no es tanto el poder, sino que ambos iban a necesitarlo para tener una oportunidad contra la puerta giratoria de los grandes villanos del final.

El problema es que arruinó la rivalidad natural que tenían Naruto y Sasuke entre sí, quitándoles gran parte del desarrollo de sus personajes al hacer que fuera el destino. Lo mismo ocurre con Madara y Hashirama.

Durante toda la serie, Madara había sido preparado como el jefe final de la serie. Se había hablado de él desde el principio de la serie y no decepcionó cuando lo vimos en acción.

Todo el bombo estaba justificado, y encajaba perfectamente con el tema general de la serie, que era que la nueva generación siempre iba a superar a la anterior. Lo peor es que fue traicionado y eliminado por Black Zetsu de una forma tan anticlimática, especialmente después de la impresionante pelea con Might Guy.

A raíz de lo sucedido con Madara, la forma en que se introdujo a los Otsutsukis en la historia fue apresurada, desordenada y apestaba a que necesitaban algo para ayudar a establecer la serie derivada. El hecho de que el clan sea el eje central de la serie no hace más que confirmarlo.

La llegada de Kaguya como verdadera jefa final tuvo muy poco recorrido, y el hecho de que fuera tan sosa como una tostada tampoco ayudó en absoluto. Esa misma insipidez está tristemente presente en muchos de los miembros de su clan.

Una cosa que Naruto siempre hizo fantásticamente fue la forma en que manejó los potenciadores. Rara vez se entregaban sin entrenamiento o sin un coste. Naruto siempre se dejaba la piel por todo lo que conseguía, y Sasuke obtuvo gran parte de los suyos a través de grandes costes, como la muerte de su hermano o el aprendizaje por debajo de alguien horrible como Orochimaru.

Eso se esfumó al final del arco de la guerra, cuando todo se les entregó a ambos. Y no sólo ellos, ya que Kakashi recibió el mismo trato.

Una de las cosas más ilógicas e inexplicables del anime era el hecho de que los globos oculares y los dojutsu que portaban se repartían como si fueran caramelos. Parecía que ya nadie nacía con ellos, sino que siempre eran concedidos por otra persona. ¿Los ojos de Nagato?

Esos eran los Rinnegan de Madara que entregó cuando supo que su muerte estaba cerca. Esos mismos ojos se repartieron entre tanta gente que era irreal. Eso sin mencionar todos los ojos que tanto Obito como Danzo estaban recogiendo.

Al principio, al menos estaban cerca en cuanto a lo que era mejor, pero a medida que la serie avanzaba, el Sharingan se volvió tan superior que el Byakugan no era más que una idea de último momento.

Teniendo en cuenta que ambos estaban destinados a ser los tres grandes dojutsu, el Byakugan se sentía inútil en casi todos los sentidos. La inducción de Izanagi e Izanami hizo que el Sharingan fuera demasiado poderoso, lo que llevó a gente como Danzo a incrustar un montón de ellos en su brazo.

La habilidad de Naruto para hacer ver a los villanos el error de sus actos es una gran parte de la serie, demostrando por qué merecía ser el Hokage y por qué era la luz en la oscuridad, como dijo Konan. Las primeras veces que lo utilizó fue sorprendentemente efectivo, haciendo de Pain/Nagato uno de los villanos más simpáticos de la serie.

El problema es que fueron al pozo demasiado a menudo, y para cuando Obito corrió la misma suerte, se encontró con un sonoro meh por parte del público.

Uno de los grandes puntos fuertes de Naruto en los inicios de la serie e incluso cerca del comienzo de Shippuden era que no era sólo el espectáculo de Naruto. No derrotó a nadie durante la recuperación de Sasuke, dejando esas peleas al resto de los 11 de Konoha. En las primeras etapas de Akatsuki, la mayoría de ellos fueron eliminados por otras personas.

Incluso a Shikamaru se le concedió un gran arco de personaje en el que tenía que vengar a su maestro contra Hidan. Al final, los únicos que importaban en absoluto eran Naruto, Sasuke y Kakashi.

La guerra tuvo muchos problemas, muchos de los cuales ya se han enumerado, pero el que molestó a mucha gente fue la falta de interés o dramatismo. Es cierto que se trataba de una carrera para salvar al mundo del Tsukuyomi Infinito, pero no hubo ningún momento en el que los ojos se abrieran de par en par. No hubo ninguna muerte que te hiciera pensar que los villanos tenían alguna posibilidad.

Sólo se eliminó un personaje con nombre, y se hizo de una manera tan poco satisfactoria. Como mínimo, la generación más antigua de Kages debería haber acabado con Madara.