Nuclear y fantasma: así es el pueblo japonés de Namie.
Un pueblo fantasma nuclear en Japón dará la bienvenida a los residentes esta semana. Sí, nuclear y fantasma: así es el pueblo japonés de Namie.
Namie es un pueblo fantasma: sus calles están desiertas y sus tiendas cerradas. La maleza empuja a través de las grietas entre los adoquines y bolsas negras de restos radiactivos se amontonan por todas partes.
La banda que mezcla pop japones con death metal suena así de genial
Dwayne Johnson se presentará a las elecciones presidenciales si es "lo que el pueblo quiere
La ciudad fue evacuada rápidamente hace seis años, después de que un terremoto y un tsunami desencadenasen una fusión en la central nuclear de Fukushima Daiichi, a unos 5 kilómetros de distancia. ¿Están listos sus vecinos para el regreso a casa?
El gobierno japonés parece pensar así. A partir del 1 de abril, cesarán las restricciones de acceso y el primer tren entrará a la estación, los autobuses volverán a funcionar y sus 21.000 antiguos residentes podrán retomar sus vidas allí.
El pasado verano los trabajadores estaban reparando las carreteras y edificios dañados por el terremoto y abandonados desde la evacuación. Los conductores de camiones que llevaban materiales de construcción a la ciudad obedecían los semáforos que aún funcionaban. Allí todo sigue como estaba en el momento de la evacuación hace seis años: un salón de peluquería con mechones de pelo en el suelo y revistas en un estante junto a la puerta. Bicicletas abandonadas. Paraguas por el suelo.
Durante unos días en 2011, Namie tenía un peligroso nivel de radiación, pero marcas pronto bajaron. "La gente podría haber regresado después de un mes, cuando el yodo había desaparecido", dice Shunichi Yamashita, un especialista en cáncer de tiroides en la Universidad Médica de Fukushima, que había estado asesorando al gobierno japonés con las consecuencias del accidente.
Sus consejos fueron ignorados. Así que sólo ahora, seis años después, Namie está a punto de reabrir sus negocios. La pregunta es: cuántos vecinos querrán volver. ¿Volverías tú? ¿Recuperarías la rutina después de la catástrofe? No podemos culpar a quien decida no hacerlo, pero las imágenes del pueblo son fascinantes. Al menos desde la distancia. Nuclear y fantasma: así es el pueblo japonés de Namie.
