Pesadilla en Elm Street 3 podría haber sido un final perfecto para la franquicia
Cuando en 1984 se estrenóPesadilla en Elm Street, de Wes Craven, se presentó al mundo el terrorífico Freddy Krueger. A lo largo de la película, atacaba a los niños en sus sueños, pero parecía más débil cuando estaba en el mundo real. Tras su derrota, Krueger regresó en la secuela, Pesadilla en Elm Street 2: La venganza de Freddy. En el siguiente capítulo, Freddy renacía a través del cuerpo de un adolescente, lo que le permitía vencer su debilidad y aterrorizar a los niños en el mundo real. Sin embargo, con su regreso en la tercera película, A Nightmare on Elm Street 3: Dream Warriors, la franquicia cerró el círculo, cambiando de una manera que podría haber hecho de la película el final perfecto de la franquicia.
Pesadilla en Elm Street 3 ayuda a establecer una nueva hornada de adolescentes que son en realidad los últimos niños de Elm Street. Uno de los chicos, Kristen, tiene pesadillas con Freddy. Tras negarse a dormir, su familia cree que puede ser suicida y la envía a un hospital psiquiátrico. Una vez allí, conoce a los otros niños de Elm Street, que comparten sus propios problemas de violencia, suicidio, autolesiones y drogas. A medida que la película avanza, se hace evidente que Freddy se dirige a los niños uno por uno. Pero lo que hace que esta película destaque más que las anteriores es cómo Freddy se aprovecha de su bienestar físico y de su salud mental.
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Lo que hace que los asesinatos de Freddy sean tan diferentes de los anteriores es el nivel de premeditación que pone en ellos. En lugar de matar directamente a sus objetivos sin ninguna lógica, la película muestra su lado más cómico y creativo. Por ejemplo, cuando Freddy asesina a un sonámbulo llamado Phillip, éste es controlado como una marioneta. Sin embargo, cuando la gente analiza su muerte, sólo parece un trágico accidente provocado por su condición. Esto no sólo muestra cómo Freddy está mejorando sus asesinatos, sino que también le da más libertad de acción para atacar a los otros niños haciendo que parezcan accidentes o suicidios.
Lo que hace que Pesadilla en Elm Street 3 cierre el círculo es la reintroducción de la última chica de la película original, Nancy Thompson. Ahora, como terapeuta en prácticas en el psiquiátrico, ayuda a los niños a identificar a sus torturadores y a luchar contra Freddy. Se trata de una variable imprevista por parte de Freddy, pero hace que su reencuentro sea aún más emocionante. La ayuda de Nancy en la lucha contra Freddy también introduce otra evolución natural en la serie.
En lugar de que Freddy tenga el mayor control en el mundo de los sueños, Nancy muestra cómo cada niño puede convertir su fuerza interior en un arma tangible. Kincaid convierte sus tendencias violentas en una fuerza literal que le permite atravesar paredes y levantar objetos pesados. Demuestra que mientras Freddy ha evolucionado en su creatividad, sus víctimas también han cambiado y ahora pueden defenderse. También es una gran metáfora para que las personas que sufren adicción o depresión encuentren su propia fuerza interior y se defiendan de sus propios Freddys personales.
El clímax dePesadilla en Elm Street 3 se convierte en algo más que un final para Freddy. Mientras el médico del niño y el padre de Nancy ponen a descansar el cadáver de Freddy en el mundo real, Nancy y los niños luchan contra él en el mundo de los sueños. Lamentablemente se pierden muchas vidas en la prueba, incluyendo la de Nancy y su padre, pero Freddy es finalmente derrotado. Aunque la película tiene un final difícil de seguir, la franquicia encontró un camino con múltiples secuelas que se centraron más en el lado divertido de Freddy que en el atormentador mostrado en las tres primeras películas. Aunque pasaría algún tiempo antes de que Freddy volviera a ser una amenaza terrorífica, Pesadilla en Elm Street 3 consiguió superar la prueba del tiempo como una entrada fantástica. Con su evolución natural, los personajes que regresan y la culminante batalla final, es difícil no considerar la película como un final perfecto para la franquicia.