Porqué Jon Snow es el gran traidor de 'Juego de Tronos', y la serie lo advirtió desde el principio

SPOILERS DEL ÚLTIMO EPISODIO DE 'JUEGO DE TRONOS'

 

Porqué Jon Snow es el gran traidor de 'Juego de Tronos', y la serie lo advirtió desde el principio

SPOILERS del final de 'Juego de Tronos'. Un análisis del viaje de Judas de Jon Snow, el gran traidor de 'Juego de Tronos'

El camino de un Cuervo es la traición. Una afirmación que puede chocar si los consideramos como los guardianes de la humanidad de los que hablaba Tyrion en el último episodio de 'Juego de Tronos', pero no tanto desde la perspectiva de la hermandad de bastardos, exiliados y criminales en vías de redención que son. La suya es una lucha que no conoce final, y en la que el amor, la propiedad y la familia están completamente prohibidos. Porque la suya no es una lucha de honor. No una con la que vayan a cantar grandes gestas sobre ellos, o que les provea de asuntos como la gloria, la admiración y la grandeza. Asuntos que quedan reservados a las grandes casas de Poniente con sus guerras y batallas, mientras los Cuervos de la Guardia del Muro son los que se manchan las manos anónimamente, usando sus vidas como combustible, para que en el mundo de los hombres pueda haber amanecer un día más.

Esta claro que ese era el rol si hablamos de Aemon Targaryen, Jeor Mormont, Benjen Stark o Ed el Lágrimas, pero no tanto con Jon Snow. Porque durante años, el bastardo de los Stark se nos había presentado de forma que -inevitablemente- pensaramos que estaba destinado a ser el héroe de 'Juego de Tronos'. Tanto, que incluso la revelación de sus padres –Rhaegar Targaryen y Lyanna Stark, ahí es nada- nos hizo pensar que era el legítimo heredero al Trono de Hierro. Pero no, Jon Snow siempre fue un Cuervo. El fruto de lo prohibido. El que nunca debió ser. El guardián del muro. Aquel que ya estaba muerto. Aquel cuyo destino era el de la traición.

Quizás no te dieras cuenta, pero todo -absolutamente todo- lo que has visto en la serie apuntaba en esa dirección. Una dirección en la que el personaje siempre se debatió entre dos caminos, en el que por un lado estaba su condición como héroe en la lucha de los vivos contra Los Caminantes Blancos, y por otro su condición de eterno traidor. El traidor a la fuerza. Aquel que debía serlo para que alguien asestase la puñalada cruel, fraticida y sin honor que permitiera al mundo de los hombres vivir un días más.

Alliser Thorne, Olly y otros miembros de la Guardia de la Noche supieron verlo, en aquel final de la quinta temporada de 'Juego de Tronos' en la que le recordaron a Jon cual era su lugar. Que no se envalentonase con eso de haber conseguido la alianza con el Pueblo Libre, porque su destino no era el honor ni la gloria, sino el de la traición. Su destino era seguir tan muerto como cada uno de ellos. Y mientras por un lado veíamos a Jon Snow emprender su viaje del héroe -siendo el primero que mataba a un Caminante Blanco, lideraba la defensa del Castillo Negro, ecabezaba el éxodo de Casa Austera y defendía a sus hermanos del Norte frente a Ramsay Bolton y El Rey de la Noche...-, por otro había otra línea de guión indicándonos que ese nunca sería su destino. Que Jon nunca sería el líder de los hombres. Ni como Lord Comandante de la Guardia Nocturna que lograse otra cosa que el puñal de sus hermanos, ni el que ocupase el Trono de Hierro como legítimo heredero de los Targaryen. Jon nunca sería el héroe triunfador de la Batalla de los Bastardos (esa fue Sansa), como tampoco lo fue en la batalla contra el Rey de la Noche (Arya), ni en el asalto de Daenerys Targaryen contra Desembarco del Rey.

Solo hay que mirar el camino de Jon hasta el último episodio de 'Juego de Tronos'. Un camino en el que las muertes causadas de forma directa por Jon Snow han sido -en contraposición con otros personajes de la saga- relativamente escasas. Así se puede ver en el vídeo que recopila todas las muertes de Jon Snow desde la primera a la séptima temporada de 'Juego de Tronos', empezando por aquel cuerpo revivido al que se tuvo que enfrentar en la cabaña del Lord Comandante en el Castillo Negro. Desde entonces, las muertes de Jon Snow pueden dividirse básicamente en dos: 1) Las que llevó a cabo contra el ejército de los muertos de El Rey de la Noche. 2) Las que acabó llevando a cabo contra aquellos que aun formaban parte del mundo de los vivos.

Lo interesante es esto último, ya que -si echamos la vista atrás- lo primero que llama la atención es que todas y cada una de las muertes que Jon Snow lleva a cabo son de carácter fraticida contra sus hermanos de armas. Muertes en las que Jon Snow no está matando enemigos, sino a compañeros de armas a los que -por una razón u otra- se ve obligado a ajusticiar.

Así fue con su primer muerto, Qhorin Mediamano, compañero de la Guardia de la Noche a quien Jon se ve obligado a matar, cuando el propio Qhorin le fuerza a ello para que Jon se hiciera pasar por traidor y su uniera a las fuerzas de Mance Ryder. Así fue con su segundo muerto, cuando tras revelar a los guerreros del Pueblo Libre que nunca había dejado de ser fiel a la Guardia de la Noche, los traiciona a Ygritte y Tormound, y mata al cambiapieles Orell. Así vuelve a ocurrir con su tercera muerte, cuando Jon Snow se ve obligado a matar a otro de sus hermanos, en este caso el miembro de la Guardia de la Noche Karl Tanner en el Torreón de Craster (clavándole su espada por la espalda cuando Karl intentaba violar a Meera Reed).

Así fue de nuevo, convirtiéndose en el ejecutor de Mance Ryder -el mismo Mance Ryder que lo había acogido como parte de los suyos- para evitar que sufriera bajo el fuego de las llamas. Jon Snow fue el verdugo del también miembro de la Guardia de la Noche Janos Slynt. El que ejecutó a Alliser Thorne, Olly y el resto de los miembros de los hermanos de la Guardia de la Noche que conspiraron contra él. El que no pudo salvar a su hermano Rickon Stark ni a su tío Benjen.

Quitando sus enfrentamientos contra los Caminantes Blancos, ninguna de las muertes propiciadas por Jon Snow ha sido heroica, y si todas de carácter fraticida, contra hermanos miembros de la Guardia de la Noche, los Salvajes o Hombres del Norte como al que mató durante el asalto contra Desembarco del Re3y. Jon Snow, el que traicionó a la Guardia de la Noche porque era su deber infiltrarse entre el Pueblo Libre. Jon Snow, el que traicionó a Ygritte, Tormound, Mance Ryder y el Pueblo Libre porque su deber era con la Guardia de la Noche. Jon Snow, al que sus hermanos de la Guardia de la Noche acuchillaron por traidor. Jon Snow, el que cargó contra el hogar donde creció. Jon Snow el que propició la cuchillada mortal y traicionera contra Daenerys Targaryen, sangre de su sangre y reina a la que había jurado lealtad. Jon Snow, el condenado a anteponer el deber al amor. Jon Snow, el eterno traidor.

Ni siquiera Drogón le brindará el honor purificador del fuego Targaryen que no se merece. Porque su destino no es renacer como lo hiciera su tía Daenerys como la fuerza renovadora que era, sino vagar eternamente como el espectro sin vida que es. Aquel que desde las nieves vela por el mundo de los hombres, Aquel que quería ser un héroe, y que su primera puñalada fue contra los Caminantes Blancos, y la última con el mismo cuchillo contra alguien por quien solo tenía amor. Jon Snow, el gran traidor de 'Juego de Tronos'. Porque nadie más había dispuesto a mancharse las manos con acto tan terrible, atroz y sin honor, pero necesario para que en el mundo de los hombres volviera a salir el sol.

 

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