¿Qué pierde Like a Dragon: Yakuza cuando se le quita el humor surrealista del juego?

Sega y Prime Video han presentado a Majima como una presencia impredecible y amenazante en sus adaptaciones, apareciendo en contadas ocasiones para secuestrar a Haruka o llevar un cuchillo a una pelea, todo al son de su inolvidable risa desquiciada. Sin embargo, gracias a su popularidad a lo largo de la serie, la aparición expandida de Majima en el remake se convierte en una parodia de sí mismo. Ryu Ga Gotoku Studio comenzó a crear situaciones cada vez más ridículas para que Majima luchara contra Kiryu: escondiéndose en conos de tráfico sobredimensionados, disfrazándose de varias maneras e incluso tratando de convencer al Dragón de que en realidad, es un zombie, mientras lanza bromas como si no acabara de apuñalar a Kiryu 13 veces durante el combate. Aunque la disonancia ludonarrativa es algo dado en este medio, toda esta tontería añadida tiene el efecto secundario de hacer que las apariciones existentes de Majima en la historia del original parezcan casi fuera de carácter; ¿por qué el divertido hombre del parche en el ojo ahora sostiene a una mujer inocente a punta de cuchillo?

Conceptualmente, la serie Yakuza parece casi imposible de adaptar: trasladar todo de una serie tan ligada a su exitosa disonancia tonal entre la historia y la jugabilidad a un medio no jugable parece una tarea sisifiana. En verdad, la respuesta es no intentar trasladar todo, solo lo que la adaptación necesita para su propia historia. A pesar de que ambas adaptaciones en vivo tienen sus propios encantos, ninguna se asemeja a una adaptación uno a uno. Después de todo, lo que hace que la serie sea única sigue brillando a través de sus momentos más excéntricos.

Aún hay un clip de Takeuchi que proviene directamente de los juegos: una actuación de karaoke de "Baka Mitai", la canción más famosa de Kiryu y posiblemente la parte más conocida de los juegos en su totalidad. Sabidamente, no se incluye en la serie real, pero al lanzarse por separado, aún se muestra cariño hacia el lado más excéntrico de la serie.