Ralph Fiennes dice que J.K. Rowling "no es una fascista de ultraderecha"

Ralph Fiennes ha defendido a J.K. Rowling, afirmando que la autora de Harry Potter "no es una fascista de ultraderecha".

El actor, que interpretó a Lord Voldemort en la franquicia de Harry Potter basada en los libros escritos por Rowling, se pronunció sobre la polémica que ha rodeado a Rowling a lo largo de los años en relación con sus comentarios sobre las mujeres transexuales.

Rowling ha sido acusada de transfobia en los últimos años, tras compartir sus opiniones sobre su creencia en el sexo biológico. La autora escribió recientemente un nuevo libro sobre un personaje perseguido por sus opiniones transfóbicas.

"El abuso verbal dirigido a ella es repugnante, es atroz", dijo Fiennes en una nueva entrevista con el New York Times.

"Es decir, puedo entender un punto de vista que pueda estar enfadado por lo que dice sobre las mujeres. Pero no es una fascista obscena y de ultraderecha".

Y añadió: "Es sólo una mujer que dice: 'Soy una mujer y me siento una mujer y quiero poder decir que soy una mujer', y entiendo de dónde viene. Aunque yo no sea una mujer.

"J.K. Rowling ha escrito estos magníficos libros sobre el empoderamiento, sobre niños pequeños que se encuentran a sí mismos como seres humanos. Se trata de cómo te conviertes en un ser humano mejor, más fuerte, más centrado moralmente".

El nuevo libro de Rowling, publicado bajo su seudónimo Robert Galbraith, se titula El corazón negro de tinta. Formando parte de su serie de thrillers policíacos Cormoran Strike, sigue a un personaje que tiene una caída pública tras unas declaraciones que fueron recibidas como transfóbicas.

Según Rolling Stone, la sinopsis del libro es la siguiente: "Rowling presenta a los lectores a Edie Ledwell, una creadora de un popular dibujo animado de YouTube que ve cómo los trolls de Internet y su propio fandom se vuelven contra ella después de que el dibujo fuera criticado por ser racista y capacitista, además de transfóbico por un trozo de gusano hermafrodita.

La creadora fue objeto de un doxxing con fotos de su casa colgadas en Internet, fue objeto de amenazas de muerte y violación por tener una opinión, y finalmente fue encontrada muerta a puñaladas en un cementerio. El libro apunta claramente a los "guerreros de la justicia social" y sugiere que Ledwell fue víctima de una campaña de odio contra ella magistralmente tramada y alimentada políticamente".