Recoger semillas de Korok convirtió Breath of the Wild en una magnífica excursión

Empecé a perseguir las 900 semillas Korok, convencido de que era una tontería. Me imaginaba el proceso como una tarea de Sísifo. Todo lo que haría sería recoger sin pensar semilla tras semilla tras... semilla. Pensaba que coleccionarlas era sólo para enfermos y fans acérrimos. Sin embargo, después de varias semanas de persecución, que aún no ha terminado, estoy convencida de que es la forma ideal de disfrutar.

Escúchame bien: No estoy diciendo que la gente que no va a por las semillas Korok no sean "verdaderos fans". Ni mucho menos. Recoger semillas es un tipo de juego completamente distinto al de la misión principal y los combates contra jefes que la acompañaban, que eran todo un reto incluso para un fan veterano de Zelda al que le encantan los juegos de acción y combate en 3D. En contraste con eso, recoger las semillas ha sido una forma deliciosa y pausada de volver a visitar 2023.

Al igual que con el juego, tienes que estar preparado para reírte primero y frustrarte después. Sigue siendo una putada que no puedas escalar bien cuando llueve. Algunas semillas suponen un auténtico desafío, mientras que otras hacen que parezca que los desarrolladores se ríen de ti en secreto, ya que tienes que hacer todo lo posible para conseguir una mísera semilla Korok. Por ejemplo, en el pueblo de Lurelin tienes que tirar una piedra al tejado para completar una forma y conseguir una semilla. Parece tan sencillo y fácil, pero no lo es.

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La parte superior del edificio es bastante alta, por lo que un lanzamiento normal no es suficiente. Probé varios métodos para subir las semillas. Primero corté todos los árboles desde ciertos ángulos con la esperanza de que cayeran sobre el tejado y formaran un puente (no fue así). Después intenté usar Stasis y básicamente jugar al rock golf y subir una arriba (los ángulos no eran los correctos). Después intenté usar el método Stasis, pero colocando la roca en un tocón y disparándola desde allí. Intenté cada tocón pero ninguna combinación de ángulos trabajó para mí. Pensé en usar globos octopus, pero no tenía ninguno y no quería ir a buscarlos por una sola semilla korok. (Finalmente, me alejé un poco y lancé desde una colina con un tiro más largo que alto. La roca aterrizó por fin y yo aplaudí abiertamente desde la soledad de mi escritorio.

Las semillas que requieren ese nivel de manipulación de los elementos del sandbox son cada vez más escasas. Ese nivel de desafío me hizo apreciar lo fácil que era, en comparación, la mayor parte de la búsqueda de semillas de Korok. La mayor parte de la búsqueda de semillas consistía en vagabundear y apreciar el paisaje. Me adentraba en una región con la intención de recoger semillas concretas, pero cuando conseguía una, ya estaba cerca de la siguiente. Era capaz de encadenar mis cacerías.

Mientras jugaba la aventura principal, no recordaba muchos nombres de lugares emblemáticos. Me acordaba de algunos lugares, como los Picos del Duelo, por su importancia al principio del juego, pero la verdad es que no me acordaba de mucho más fuera de los puntos de referencia principales, como el Castillo de Hyrule, el Templo del Tiempo, la Montaña de la Muerte, etcétera. Pero a medida que perseguía semillas, empecé a apreciar de verdad que los desarrolladores pusieran nombre a cada pico y valle, a cada arroyo y pradera. El más pequeño de los prados puede contener charcos de agua poco profundos que reflejan la luz con un brillo deslumbrante. Recoger las semillas Korok iluminó el magnífico nivel de detalle del paisaje.

No quiero subestimar la cantidad de tiempo que lleva. Incluso cuando escucho audiolibros o podcasts mientras juego, esta rutina sería extenuante y agonizante si intentara apretujarla en un marco de tiempo ajustado o en algún tipo de fecha límite. Es una tarea desalentadora, pero creo que los desarrolladores quieren que los jugadores lo consigan. Una vez que encuentras un Korok, queda marcado en el mapa. Así que si llegas al final y -Hylia no lo quiera- te faltan algunas semillas, técnicamente puedes volver atrás en tu mapa y cruzar las que has recogido (aunque eso sea un poco demasiado administrativo para mi gusto).

Es fácil argumentar que el resultado no parece justificar el esfuerzo. Si recoges las 900 semillas te recompensan con un zurullo dorado, esencialmente. En realidad es absurdo, pero también, eso es lo que me parece bonito de perseguir las semillas. Es coleccionar por coleccionar. Es para gente a la que le pica el cerebro si no consigue completar el cien por cien de los niveles, y para aquellos que se conforman con vagar por el vasto y variado terreno de Hyrule. Se convierte en el simulador de caminata más impresionante de Nintendo hasta la fecha.