Roger Waters: "Intentan cancelarme como cancelaron a Jeremy Corbyn y Julian Assange"
Roger Waters ha afirmado que sus críticos intentan anularle "como anularon a Jeremy Corbyn y Julian Assange".
Waters subió al escenario del Utilita Arena de Birmingham el miércoles 31 de mayo, donde dijo ante 15.000 personas que estaba "cabreado" por "la mierda de antisemitismo" que le rodea desde hace un mes.
El miembro de Pink Floyd declaró: "Están intentando cancelarme como cancelaron a Jeremy Corbyn y a Julian Assange. No me cancelarán".
También dijo a sus fans: "Si eres uno de esos que dicen 'me encanta Pink Floyd pero no soporto la política de Roger', entonces harías bien en irte a la mierda al bar".
A continuación, calificó de "gilipollas" al diputado de Bury South Christian Wakeford, que ha presionado para que los locales impidan actuar a Waters. El músico atacó a medios británicos como The Times y The Daily Mail, declarando: "¡No me cancelarán! Sobre todo cuando todo son mentiras. Me defiendo, señor Telegraph".
Waters se ha enfrentado a numerosas acusaciones de antisemitismo en los últimos meses, incluida la polémica por la ropa de estilo nazi que llevó en un reciente concierto en la capital alemana, que ahora investigará la policía de Berlín. Esto se produjo después de que Waters provocara una reacción violenta tras hacer referencia a Ana Frank en uno de sus primeros conciertos en Alemania.
Varios grupos judíos y políticos de la ciudad se reunieron recientemente para protestar por su concierto del domingo 28 de mayo en Fráncfort. Waters había ganado una batalla legal para poder actuar en el concierto, que fue cancelado inicialmente por acusaciones de antisemitismo.
"Con este trasfondo histórico, el concierto no debería haberse celebrado bajo ninguna circunstancia", declaró a Associated Press Sacha Stawski, miembro de la comunidad judía de Fráncfort y director del grupo Honestly Concerned, que ayudó a organizar las protestas.
Elio Adler, responsable del grupo judío WerteInitiative, que apoyó la protesta, declaró a AP que era "muy frustrante" que el concierto siguiera adelante a pesar de los esfuerzos por impedirlo.
Waters ha negado reiteradamente todas las acusaciones de antisemitismo y ha explicado que su desprecio es hacia Israel, no hacia el judaísmo. También acusó a Israel de "abusar del término antisemitismo para intimidar a gente como yo para que guarde silencio".