Star Wars: 10 cosas más crueles que ha hecho Palpatine en la franquicia

Como villano por excelencia de todas las trilogías de La Guerra de las Galaxias, Palpatine tiene cientos de atrocidades a su nombre. Sus tramas y maquinaciones derribaron la República, acabaron con los Jedi y amenazaron con ahogar las estrellas en fuego y sangre a menos que toda la galaxia se sometiera a un eterno Imperio Sith. Todo lo que hizo fue en su propio interés.

Aunque todo lo que hizo fue malvado, algunas de sus acciones destacan como más crueles que otras. Ya sea porque son gratuitas, deliberadamente hechas para ser lo más tortuosas posible, o simplemente innecesarias, ciertas cosas que Palpatine hizo realmente destacan por encima de sus planes generales.

Al principio de El ascenso de Skywalker, el Jedi Oscuro Kylo Ren se reúne con Palpatine en el planeta Exegol. Ambos forman una alianza, en la que Sidious promete dar a Ren el control de la Orden Final, una enorme flota de naves de guerra que destruyen planetas, a cambio de matar a la joven Caballero Jedi Rey, nieta de Palpatine.

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Sin embargo, como los planes de Palpatine implican que Rey llegue a Exegol y lo mate, está claro que nunca tuvo la intención de que Ren tuviera éxito, y planeó utilizar la flota él mismo. No se sabe si su intención era que Kylo se limitara a distraer a Rey y a la Resistencia, o que Rey lo matara y, con suerte, se acercara al lado oscuro, pero forjó una alianza solo para enviar a Ren a su probable muerte.

Sidious es un mal aliado para muchos de sus subordinados. Aunque puede existir cierto afecto retorcido entre él y su deseado aprendiz, Anakin Skywalker, y expresa su orgullo por las habilidades de Darth Maul, es insensible y cruel con sus aprendices, y no teme traicionarlos.

Dooku es un hombre malvado que se complace en sumir a la galaxia en una guerra civil para favorecer sus propios intereses, pero cuando queda mutilado y a merced de Anakin, da una imagen sorprendentemente lamentable cuando Palpatine ordena su ejecución. La ejecución es una cruel traición a un sirviente que antes era leal, ya que se trata de una forma de aclarar los cabos sueltos y de fomentar el descenso de Anakin al lado oscuro.

En el clímax de El ascenso de Skywalker, Palpatine cambia sus planes de hacer que su espíritu habite en el cuerpo de Rey después de su muerte, y en su lugar arranca la energía de la Díada de la Fuerza de Rey y Ren, y la utiliza para potenciarse a sí mismo y curar su forma rota. A partir de ahí, utiliza la afluencia de energía para lanzar una enorme ráfaga de rayos de la Fuerza en la batalla en torno a Exegol, inutilizando y empezando a destruir la flota rebelde.

En efecto, Sidious se está preparando para matar a cientos de personas lentamente, mientras sus naves fallan y se derrumban a su alrededor. La crueldad está limitada por el hecho de que es un movimiento táctico pragmático para inclinar una batalla a su favor, pero no deja de ser cruel.

En última instancia, es gracias a Palpatine que Luke y Vader tienen su famoso duelo de sables láser al final de El retorno del Jedi. Cada uno quiere convertir al otro a su lado de la Fuerza sin luchar, pero Luke también desea matar al Emperador. Incluso con todo el odio que siente por Sidious, Vader no puede quedarse de brazos cruzados mientras Luke lo hace, y por eso luchan.

Sidious observa la batalla y los incita a ambos, instándolos a ceder al lado oscuro y a utilizar sus sentimientos de ira. Está claro que los está enfrentando entre sí, para asegurarse de tener sólo al Skywalker más fuerte como aprendiz, y no teme hacer que un padre y un hijo se maten entre sí con ese propósito.

Una vez que Mace Windu se entera de que Palpatine es un Lord Sith, reacciona rápidamente, reuniendo un equipo de Jedi para arrestar -y posteriormente ejecutar- al Canciller. Se produce un feroz duelo entre Windu y Sidious, que termina con la victoria de Windu, y sólo la intervención de Anakin es capaz de salvar la vida de Palpatine.

Una vez que a Windu le han quitado la mano, Palpatine utiliza su Fuerza Rayo sobre el Jedi, lanzándolo por la ventana y hacia su muerte. Sin embargo, antes de hacerlo, pasa varios segundos torturando lentamente a Windu con el rayo primero mientras Anakin observa, disfrutando claramente de la experiencia.

Darth Vader resulta terriblemente herido tras su duelo con Obi-Wan Kenobi en Mustafar en La venganza de los Sith, con tres extremidades extirpadas y quemado tras incendiarse su ropa. Acudiendo en ayuda de su aprendiz, Palpatine se asegura de no perder su inversión haciendo que Vader sea operado y obligado a ponerse un traje de mantenimiento de vida.

Sin embargo, no tiene la piedad de hacer que el dolor de Vader se atenúe de alguna manera, o que Vader quede inconsciente. Como se ha visto, incluso el simple hecho de que le arranquen la ropa de la piel deja a Vader gritando de agonía, y le siguen días de agonizante cirugía. Palpatine esperaba que el dolor fortaleciera a Vader en el lado oscuro.

A lo largo de las precuelas, Palpatine actúa tanto como líder de la República como benefactor en la sombra del movimiento separatista, liderado públicamente por el Conde Dooku. Les promete que, una vez finalizada la guerra, se les dejará solos para que se gobiernen a sí mismos, libres de la República y en paz.

Sin embargo, una vez que Sidious elimina a los Jedi y asume el control de la República, los separatistas representan una amenaza para su objetivo de un Imperio unido. Así que les hace reunirse en Mustafar para planear las siguientes etapas y luego hace que Vader viaje al planeta para masacrarlos. Aunque en última instancia son villanos, estos personajes desarmados y asustados son asesinados a sangre fría por un antiguo aliado.

En el episodio de The Clone Wars "The Lawless", el villano Maul y su hermano, Savage Opress, aparecen victoriosos sobre Obi-Wan Kenobi, tras haber conservado su poder sobre Mandalore y haber asesinado a la duquesa Satine Kryze. Entonces, una lanzadera se acerca al planeta y Maul reconoce la presencia de Sidious. Finalmente, Maul y Opress se enfrentan a Palpatine en un feroz duelo.

Repitiendo deliberadamente la forma en que Maul mató a Obi-Wan, Palpatine se divierte separando a los dos hermanos, antes de obligar a Maul a ver cómo atraviesan a Opress. Tras un frenético desenlace de su batalla, Maul queda desarmado y suplicando clemencia. Sidious le recuerda que los Sith no tienen piedad, y tortura con saña al ya afligido Sith.

La batalla final de El retorno del Jedi es más espiritual que basada en el uso de la espada, y el duelo entre Luke y Vader tiene tanto que ver con quién puede convertir a quién a su lado de la Fuerza como con quién puede derrotar al otro con un sable láser. Luke parece ganar al negarse a matar al indefenso Vader y arroja su sable láser a un lado mientras rechaza a Palpatine y a los Sith.

Palpatine responde lanzando un rayo de la Fuerza a Luke delante de su propio padre, dejando claro que tiene toda la intención de torturar al Jedi hasta la muerte muy lentamente como castigo por su desafío. Sólo la intervención de Vader libra a Luke de una muerte agónica.

El golpe maestro del plan de Palpatine para acabar con la República y los Jedi llega en el clímax de las Guerras Clon, después de que los Jedi intenten asesinarle y de que haya convertido a Anakin a su lado. Palpatine se pone en contacto con los Comandantes Clon y les ordena llevar a cabo la Orden 66, la destrucción de la Orden Jedi.

El resultado final es que los Jedi, los nobles y compasivos protectores de la galaxia, son masacrados entre sus miles de miembros por las mismas tropas que dirigían y con las que tenían estrechos vínculos. La profundidad más cruel de la Orden 66 llega cuando Anakin y la 501ª marchan sobre el Templo Jedi, matando a todos los Jedi que allí se encuentran, incluidos los niños pequeños.