Star Wars: 10 veces que Ahsoka Tano demostró que es la Jedi más fuerte que existe

Cuando la joven Togruta apareció por primera vez en la universalmente criticada Star Wars: The Clone Warsde 2008, la repentina introducción de la aprendiz de Anakin Skywalker no fue bien recibida. Dada su ausencia en La venganza de los Sith, muchos fans pensaron que Ahsoka Tano iba a estirar la pata y se mostraron reacios a invertir en la impetuosa e impulsiva padawan.

Sin embargo, después de atravesar las estrellas durante más de una década en series como The Clone Wars, Rebels y The Mandalorian, el director Dave Filoni logró lo imposible al transformar al portador de la Fuerza en uno de los personajes más queridos de Star Wars, que defendía física, mental y espiritualmente los ideales Jedi de un modo que ni la propia Orden pudo jamás.

Al igual que su testarudo maestro, la joven Ahsoka tiende a ser descarada y orgullosa. Este último rasgo la lleva a negarse a informar a Anakin de que un carterista le ha robado su sable láser durante una refriega en los bajos fondos de Coruscant. En su lugar, solicita la ayuda de la experta Tera Sinube, que informa al aprendiz del ladrón que está buscando.

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Sin embargo, antes de que Ahsoka pueda salir en su persecución, Sinube insiste en acompañarla, para disgusto de la padawan. A pesar de que sus personalidades chocan, Ahsoka acaba aceptando los planteamientos del viejo Jedi, lo que hace que el dúo detenga con éxito a los criminales implicados. Con su sable láser devuelto, Ahsoka también aprende de Sinube el raro valor de la paciencia.

Algo único que diferencia a Ahsoka de los otros grandes Jedi de su época (como su propio maestro) es su capacidad para aprender de sus errores. Al principio de las Guerras Clon, Ahsoka recibe el mando de su propio escuadrón durante un peligroso conflicto en Ryloth. Con un exceso de confianza, la joven Jedi no tarda en llevar a sus hombres a la muerte debido a sus insensibles acciones.

Ahsoka está sacudida por el incidente y se esfuerza por lidiar con la muerte de sus subordinados. Sin embargo, a la padawan no le da tiempo a descansar, ya que Anakin urde un peligroso plan, dejando a Ahsoka al mando de la nave insignia de la República Resolute. Con la atención de los separatistas desviada, Ahsoka supera sus dudas y lidera otro escuadrón de bombardeo para sellar la derrota de los droides.

Durante la Batalla de Onderon que vio el regreso de Saw Gerrera de Rogue One, varios Jedi son enviados al planeta para ayudar a los insurgentes rebeldes a recuperar su hogar. Una vez que sintieron que los insurgentes de Onderon estaban listos para infiltrarse en Iziz, Obi-Wan y Anakin dejaron la supervisión de los soldados bajo el mando de la capaz Ahsoka Tano.

Sin embargo, a diferencia de la postura de neutralidad de los Jedi, Ahsoka se involucra en los asuntos de Onderon cuando las cosas empeoran. Después de que los rebeldes se vean acorralados por las fuerzas separatistas, Ahsoka interviene despejando el camino para la huida del general Tandin. Con su nueva aliada, los rebeldes son capaces de montar un exitoso contraataque que les permite recuperar su planeta.

Ahsoka se encuentra en una emboscada en medio de la Batalla de Felucia, y es dejada inconsciente por los cazadores trandoshanes. Al despertar, se encuentra abandonada en Wasskah, donde rápidamente descubre que ella y otros aprendices Jedi están siendo cazados por los trandoshanos por deporte.

Decidida a encontrar una salida a su situación, Ahsoka urde un plan con algunos de los otros jóvenes, que han perdido la esperanza de sobrevivir. Sin embargo, con el ánimo y la experiencia de Ahsoka, los padawans se unen para vencer a sus secuestradores, y Ahsoka llega a entablar un combate cuerpo a cuerpo con un trandoshano que la dobla en tamaño.

Tras interrumpir una delegación en Mandalore acusando al Conde Dooku de haber matado a su madre, el senador junior Lux Bonteri es expulsado de la reunión, lo que hace que Padmé Amidala envíe a Ahsoka tras él. La persecución resultante encuentra a los dos con el invernal Carlac, donde Bonteri revela sus planes para matar al Conde con la ayuda de la Guardia de la Muerte de Pre Vizsla.

Aunque tiene serias reservas sobre el dudoso plan de Bonteri, Ahsoka la sigue hasta que los mandalorianos renegados amenazan con incendiar una aldea cercana tras la brutal ejecución de Tryla por parte de Viszla. Al principio, Viszla incapacita a la joven Jedi, pero Ahsoka se las arregla para enfrentarse al sable oscuro cuando R2-D2 le devuelve sus sables láser.

El final de la serie The Clone Wars ve a Ahsoka Tano y al Comandante Rex soportar los horribles eventos de la Orden 66 a bordo del Tribunal que efectivamente ponen al Gran Ejército de la República en su contra. Sin embargo, cuando Rex le da la impactante noticia a Ahsoka, ésta se reafirma en su negativa a matar a sus antiguos camaradas.

Rex responde agónicamente que a la Legión 501 ya no le importa la empatía de Ahsoka. En respuesta, el Togruta retira suavemente el casco de la comandante para revelar un rostro manchado de lágrimas por la pérdida de sus hermanos. Con sólo su voluntad y determinación, la pareja consigue luchar para salir del Destructor Estelar y estrellarse en una luna sin nombre.

Ahsoka se ve repentinamente envuelta en la controversia que rodea a un atentado en el Templo Jedi cuando es inculpada por el asesinato de Letta Turmond. Tras un juego del gato y el ratón con su maestro en los bajos fondos de Courscant, en el que forma equipo con Asajj Ventress, la joven padawan vuelve a ser detenida por las autoridades de la República.

Descontento con la situación, el almirante Tarkin convence a los Jedi de que expulsen a Ahsoka de la Orden para que pueda ser juzgada por el Senado. Sólo con el trabajo de detective de Anakin y la confesión de Barriss Offee, Ahsoka queda finalmente absuelta de su culpa. Sin embargo, una desilusionada Ahsoka se niega a reincorporarse a la Orden, y en su lugar emprende un camino por su cuenta para descubrir lo que significa realmente ser un Jedi.

Mucho después del final de las Guerras Clon, Ahsoka se encuentra trabajando como espía entre las filas de la primera Rebelión. Tras cruzarse con la tripulación del Fantasma, Ahsoka envía a Kanan Jarrus y a su padawan Ezra Bridger a Takobo en busca de algo que persiguen los inquisidores del Imperio, que resultan ser niños sensibles a la Fuerza.

Sin embargo, la angustia de uno de los niños -Pypey- se convierte en un faro que lleva a los usuarios de la Fuerza oscura hasta Kanan y Ezra. Por desgracia, la pareja no es rival para la Séptima Hermana y el Quinto Hermano. Pero cuando todo parece perdido, Ahsoka entra en escena, encendiendo dos sables láser de color blanco plateado antes de acabar con los inquisidores.

Cuando Las Guerras Clon llegan a su fin, los fans son testigos de uno de los mejores momentos de Ahsoka, en el que se transforma figurativamente de aprendiz a Jedi. Tras ser perseguida por Bo-Katan Kryze, Ahsoka informa a la República de que ha localizado al renegado Sith Maul. En respuesta, se le da el mando de la Legión 501 para lanzar un asedio a Mandalore.

La batalla culmina con uno de los combates más épicos de la serie entre la antigua aprendiz y el antiguo señor de los Sith. Utilizando su propio ingenio y habilidades, Ahsoka no solo se enfrenta a uno de los enemigos más formidables de Star Wars, contra el que incluso los Jedi más fuertes han luchado, sino que sale victoriosa.

Quizás el momento más icónico (y doloroso) de la historia de Ahsoka llega cuando se enfrenta a su antiguo maestro en el templo Sith de Malachor en el final de temporada de Rebels. La fuerza de Darth Vader es sencillamente inigualable en la galaxia en ese momento, y a pesar de los rápidos y ágiles ataques de la Togruta, queda claro que ni siquiera ella es rival para el poderoso señor Sith.

Sin embargo, incluso ante la inevitable derrota, la determinación de Ahsoka de salvar a Anakin se mantiene firme. Después de abrir el lado del casco de Vader, la antigua padawan escucha la voz incorpórea del hombre que una vez fue su maestro. Incluso cuando Vader amenaza con matarla, Ahsoka se reafirma en su propia creencia, jurando no volver a dejar a su maestro.