The Last of Us Part II, un año después: Este final duele - The Escapist

Ya ha pasado un año desde el lanzamiento de The Last of Us Part II. En su momento, el juego tuvo una... llamémosle una recepción mixta por parte de los fans, la mayor parte de ella centrada en un personaje -Abby- y sus acciones. Ahora que hemos tenido el beneficio del tiempo y nuestras emociones colectivas se han enfriado, echemos la vista atrás a los acontecimientos de The Last of Us Part II y a si el final de la historia consigue lo que pretende.

Entré en The Last of Us Part II sabiendo que Joel iba a morir. Había leído la sinopsis de la historia que se había filtrado (sí, lo sé, lo sé), pero también entendía cómo debe ser una historia así. Para que Ellie crezca y ocupe su lugar como héroe, Joel tendría que abandonar el papel: el padre que deja paso a la nueva generación. Y conociendo a Joel, no podía verle renunciando a su papel de padre protector por voluntad propia. Su violenta muerte a manos del nuevo personaje, Abby, no era la forma en que él habría elegido irse, pero encajaba en el mundo en el que vivían. Este no es un mundo en el que la gente muere tranquilamente en sus camas.

No hay mucho que Abby pudiera hacer para solicitar más odio de los jugadores que matar a Joel. Yo diría que la reacción general a las acciones de Abby fue la correcta: Se supone que te enfurece y te molesta. No creo que sea una justificación para enviar amenazas de muerte a una actriz inocente, y espero que los que lo hicieron se hayan enderezado. Pero esa reacción en el no extremo es lo que pretende el juego.

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The Last of Us Part II te obliga a ver el razonamiento, aunque sea irracional, que hay detrás de su decisión. No tiene que gustarte, pero el juego se asegurará de que lo entiendas. Y lo hace poniéndote en su lugar. Reconozco que este enfoque es arriesgado, y el grado de simpatía de los jugadores por Abby varía. Pero al menos entendí por qué quería matar a Joel, porque es la misma razón por la que Ellie quiere matarla a ella.

Así que ese es el punto del juego, el punto de ambos juegos: Sólo eres un héroe mientras seas tú quien cuente la historia.

Hay muchos jugadores a los que todavía no les gusta Abby, y es justo. Como he dicho, es una forma arriesgada de enmarcar una historia, y siempre existía la posibilidad de que no despertara la simpatía necesaria. Al menos, el juego asumió el riesgo en aras de hacer valer su punto de vista.

Tanto The Last of Us como The Last of Us Part II tratan, en última instancia, de las cosas que esperamos o podríamos hacer y de cómo, a la hora de la verdad, no podríamos hacerlas. Por ejemplo, al final del primer juego, Joel se da cuenta de que la muerte de su hija (a todos los efectos) podría salvar al resto de la humanidad. Uno esperaría que tuviera el valor de tomar la decisión moralmente correcta de sacrificarla para salvar miles de millones de vidas. Pero Joel no puede hacerlo - y aunque me hace sentirme infeliz conmigo mismo, puedo admitir que yo tampoco sería capaz de hacerlo.

Del mismo modo, cuando el padre de Ellie (a todos los efectos) es asesinado delante de ella, está desesperada por vengarse. Estoy seguro de que cualquiera de nosotros desearía que, si alguien a quien amamos fuera asesinado de forma tan brutal e inútil, nos vengaríamos (o buscaríamos justicia, según la perspectiva) de los autores. La búsqueda de Ellie es pura rabia dirigida. No le interesa saber por qué mataron a Joel ni entender a Abby en absoluto, aunque tanto ella como el jugador se vean obligados a escuchar la historia completa.

Al final, incluso cuando su venganza le ha costado todo lo que le queda, no puede matar a Abby. No porque tenga ningún problema en quitar una vida humana, sino porque finalmente acepta que eso no ayudaría, ni traería de vuelta a Joel. Llega un momento en el que tienes que hacer el esfuerzo de seguir adelante con tu vida, por muy justificado que esté tu dolor o por muy profundo que sea tu trauma. Podrás argumentar que The Last of Us Part II no ha conseguido transmitir su mensaje de la manera más eficaz, pero al menos entiendes que ese era el objetivo.