10 crudas realidades de la adaptación de videojuegos

Las adaptaciones cinematográficas de videojuegos populares son una buena forma de explorar historias creativas de nuevas maneras. En la última década, las películas de videojuegos han experimentado un enorme crecimiento. Había una maldición supersticiosa que pesaba sobre las adaptaciones de videojuegos, según la cual incluso los mejores juegos se convertían en adaptaciones mediocres.

Poco a poco se ha ido encontrando un ritmo en este sentido, y algunas adaptaciones recientes de videojuegos no son sólo conversiones satisfactorias, sino excelentes historias por derecho propio. Dicho esto, las películas de videojuegos simplemente no pueden ganar en ciertas áreas. Esta dura realidad hace que el público se sienta casi siempre decepcionado en algún aspecto.

10 Los videojuegos y el cine son medios distintos con objetivos diferentes

Aunque las adaptaciones se han convertido en algo habitual, el público olvida que las historias suelen contarse a través de sus respectivos medios porque es ahí donde mejor se pueden experimentar. Una película puede reproducir a la perfección los efectos visuales y la narrativa de un videojuego popular, pero se quedará corta en algún aspecto.

Las películas son experiencias pasivas por naturaleza, mientras que los videojuegos obligan al público a tomar decisiones de forma activa. Es casi imposible recrear la sensación de explorar un videojuego en una película, porque el medio no está diseñado para eso.

9 Es difícil apaciguar a los fans del juego

El fandom tóxico está presente en todos los medios, no exclusivamente en los videojuegos y el cine. Sin embargo, las expectativas de los fans pueden hacer descarrilar muchas películas de videojuegos antes incluso de que se pongan en marcha. Algunos fans de los videojuegos tienen un nivel de exigencia imposiblemente alto, y cada nueva elección que hace la adaptación cinematográfica es objeto de escrutinio.

A veces, esto puede dominar la narrativa de la película y convencer al público de que es mala antes incluso de haberla visto. Es esta misma actitud la que empujó a Sonic the Hedgehog a rediseñar su modelo de Sonic, aunque fue un cambio positivo.

8 Es más difícil dar vida a un espectáculo de videojuego en acción real

Uno de los lujos de los videojuegos es que todos sus efectos visuales son creados explícitamente por los programadores. Hay algunas limitaciones en este sentido, pero es mucho más fácil disfrutar de efectos visuales surrealistas que desafían las leyes de la realidad en un videojuego que en una película de imagen real.

Muchas veces, las películas de videojuegos tienen dificultades para dar vida al mundo de su material original, por no hablar de las grandes escenas de acción que sirven de clímax. Las películas de animación de videojuegos tienen un poco más de libertad en este sentido, pero aún así puede ser una transformación difícil que no se siente auténtica al original.

7 concesiones narrativas que no son tan nefastas en los videojuegos

Una buena historia va a mejorar cualquier proyecto, pero sigue siendo importante recordar que, al fin y al cabo, en un videojuego manda la jugabilidad cómoda. Hay muchos videojuegos, sobre todo de lucha, en los que la historia es secundaria.

Las películas no pueden permitirse este lujo. Si una película tiene que adaptar directamente ciertas historias de videojuegos, el público será menos indulgente cuando se vea sometido cinematográficamente a los mismos descuidos. Las películas de videojuegos se ven empujadas a la difícil situación de ampliar la historia de su material de origen, lo que puede significar que introduzcan demasiados cambios en el original.

6 El casting no suele estar a la altura de las expectativas

El casting es uno de los principales obstáculos a los que se enfrenta cualquier adaptación. A veces, es imposible hacer justicia a los personajes de los videojuegos, los cómics o la literatura en la imagen real. En el caso de los videojuegos, puede ser aún más difícil, porque a veces los personajes tienen voz, lo que añade aún más personalidad.

Es increíblemente raro que el actor de doblaje o el intérprete de captura de movimiento de un juego acabe interpretando a su homólogo cinematográfico. Si acaso, la industria cinematográfica se inclina en la dirección opuesta cuando hay un reparto de moda, como Tom Holland como Nathan Drake de Uncharted.

5 Los spoilers y la tensión narrativa se vuelven problemáticos

Otro reto que toda buena adaptación debe tener en cuenta es si es mejor ofrecer una experiencia 1:1 del original o cambiar ligeramente algunos elementos para que los fans de toda la vida sigan sorprendiéndose. Puede ser muy divertido ver cómo un videojuego cobra vida en forma de película.

Sin embargo, si una película se limita a repetir la misma historia, los fans ya conocerán toda la trama. Por lo tanto, es probable que estos spoilers puedan amargar la experiencia. El problema al que se enfrentan estas películas de videojuegos es dónde y cómo hacer cambios que sigan siendo fieles al original, pero que sorprendan a los fans.

4 películas de videojuegos a menudo carecen del presupuesto necesario

Las restricciones presupuestarias son tan frecuentes en la industria del videojuego como en el cine, pero durante años se ha tendido a faltar al respeto a las películas de videojuegos con presupuestos mediocres que no pueden cumplir lo necesario. El público puede descartar rápidamente una película que parece barata.

Sin embargo, muchas de estas adaptaciones de videojuegos se hacen con buenas intenciones y sólo se ven obligadas a librar constantes batallas cuesta arriba. La falta de los recursos necesarios, o un presupuesto que se destina en gran parte a las estrellas de la película, pueden garantizar que una película de videojuegos fracase o pase apuros.

3 Cualquier cambio puede ser tratado como una blasfemia

La mayoría de los aficionados entienden que los cambios en cualquier adaptación son un mal necesario. Se necesita mucho más para hacer una película de videojuegos satisfactoria que ceñirse ciegamente al original.

Sin embargo, los aficionados establecen una relación tan personal con determinados títulos que cualquier cambio, incluso los aparentemente superficiales, puede sentirse como una afrenta personal a un sector del fandom. Los aficionados pueden estar más interesados en señalar lo que es diferente que en pararse a pensar por qué se han producido esos cambios y si realmente pueden ser mejoras.

2 Cómo complacer tanto a los aficionados como a los recién llegados

Una decisión limitante que cualquier director de una película de videojuegos debe tener en cuenta es si su película está orientada al público existente de la franquicia o a aquellos que experimentan todo esto por primera vez. Ambos grupos demográficos son valiosos a su manera, y las películas que intentan seguir la línea pueden decepcionar a todas las partes.

El público citará la tentación de atraer a los recién llegados al gran público como factor disuasorio de las películas de videojuegos. Dicho esto, hay películas que hacen lo contrario, como Resident Evil: Bienvenidos a Raccoon City, que tampoco consiguen dejar huella.

1 Las secuelas se ven obligadas a incluir ciertos elementos básicos de la franquicia

Es alentador que una película de videojuegos guste al público lo suficiente como para celebrar secuelas. Las secuelas suelen tener un poco más de espacio para respirar, pero también son oportunidades para disfrutar de los personajes secundarios y el universo ampliado de la franquicia de videojuegos. Toda la creatividad que un cineasta fresco aporta a una película de videojuegos puede desaparecer de una secuela a cambio de apaciguar al fandom.

A veces, los directores quieren seguir este camino, pero puede dar la sensación de que las secuelas se estancan y se pierden en la pesada historia de los videojuegos en lugar de hacer lo suyo. La franquicia Sonic parece que podría sufrir este problema en su próxima tercera entrega.

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