10 juegos que fueron boicoteados por las razones más ridículas

Los boicots a los videojuegos rara vez, o nunca, funcionan. Esto no quiere decir que los juegos o las empresas que los desarrollan deban estar exentos de críticas o que los jugadores no puedan votar con sus carteras si así lo desean. Al fin y al cabo, nada mejora sin la crítica, y merece la pena arrojar luz sobre las preocupaciones genuinas sobre la calidad de un juego o las condiciones en las que trabajan los desarrolladores.

Sin embargo, el clamor suscitado por los siguientes títulos es bastante menos acuciante. Ya sea por parte de algunos guardianes de la moral aburridos, de aficionados con derecho a ello o de un grupo de odio en línea, estos boicots intentaron y no consiguieron obstaculizar el éxito de los siguientes títulos.

La Entertainment Software Rating Board (más conocida como ESRB) es una organización estadounidense que revisa los juegos para detectar cualquier contenido obsceno y les asigna una clasificación basada en la edad. Su existencia se debe en parte a títulos como Mortal Kombat y Night Trap. Mientras que la controversia de MK estaba en cierto modo justificada por sus representaciones de la violencia, el alboroto en torno a Night Trap era casi totalmente injustificado. La cantidad de sangre que aparecía en pantalla era casi nula, y aunque los detractores denunciaron el juego como un esfuerzo por atrapar y matar mujeres, el objetivo era en realidad salvarlas.

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Bully, de Rockstar, se enfrentó a la controversia de activistas, como el abogado inhabilitado Jack Thompson, principalmente por el nombre. Poco después de su anuncio, los medios de comunicación acusaron erróneamente al juego de permitir a los jugadores asumir el papel de un matón. Cuando la ESRB revisó el contenido del juego, lo calificó como "T para adolescentes", para disgusto de Thompson. Llamó al juego "simulador de Columbine" e intentó que se prohibiera en los puntos de venta. El editor Take-Two Interactive accedió a presentar el juego ante un juez, que falló a favor de su comercialización.

Sword y Shield fueron los dos primeros títulos de Pokemon para Nintendo Switch. A medida que avanzaba el desarrollo y se desvelaba más información sobre el juego, los fans descubrieron que este título era el primero de la serie que no permitiría a los jugadores llevar Pokemon de generaciones anteriores. No solo eso, sino que se descubrió que gran parte de las animaciones de los personajes y las criaturas serían recicladas de las entradas anteriores de 3DS. A pesar de la reacción de los fans, tanto Sword como Shield salieron al mercado con buenas críticas y las mejores ventas de la serie desde Oro y Plata.

Poco después del anuncio de Left 4 Dead 2 en el E3 de 2009, Valve recibió las reacciones de los fans, que les acusaron de abandonar el apoyo al Left 4 Dead original. Además, los nuevos personajes, la ambientación y el tono de la secuela se consideraron poco adecuados para la franquicia. No pasó mucho tiempo antes de que se formara un grupo de la comunidad de Steam llamado "Boicot a L4D2 (NO-L4D2)". Valve llegó a enviar por avión a dos de los miembros más ruidosos del boicot para que probaran la secuela. El juego recibió críticas muy favorables y más del doble de ventas que el original.

El Bayonetta original fue aclamado por la crítica por su catártico combate y su hábil presentación. Sin embargo, se vendió muy por debajo de las expectativas de Sega, lo que les llevó a eliminar la secuela de su catálogo. Afortunadamente, Nintendo intervino y dio a PlatinumGames los fondos necesarios para terminar el desarrollo, lo que hizo que Bayonetta 2 se convirtiera en una exclusiva de Wii U. Esto fue recibido con indignación por los fans, la mayoría de los cuales experimentaron el original en otras consolas como la Xbox 360 y esperaban hacer lo mismo con la secuela. La realidad es que el juego no se habría hecho si Nintendo no hubiera aceptado publicarlo.

Cuando Nintendo presentó la GameCube en el Spaceworld 2000, un tráiler mostraba una lucha más realista entre Link y Ganon. Aunque muchos creyeron que se trataba de imágenes de un próximo título de Legend of Zelda, no era más que una prueba de concepto utilizada para probar el hardware de la GameCube. Nunca se pretendió que fuera la siguiente entrega.

Cuando Wind Waker fue revelado para el sistema poco después, los fans se enfurecieron por su aspecto caricaturesco con sombreado de celdas. Aunque recibió el despectivo apodo de "CELda", Wind Waker acabó siendo aclamado por la crítica por su aspecto visual y su exploración.

Aunque Broken Age, de Tim Schafer, superó con creces su objetivo de financiación y salió a la venta con muy buenas críticas, los fans se sintieron molestos por su prolongado lanzamiento en dos partes. Se acusó de mala gestión de los fondos y muchos afirmaron que no se podía confiar en Schafer para ningún otro proyecto de financiación colectiva. Después de Broken Age Act Two, Schafer anunció la campaña de Fig para una secuela de Psychonauts. Los mismos que arremetieron contra Broken Age acusaron a la campaña de Psychonauts 2 de ser una estafa. Tras alcanzar su objetivo durante los seis años de desarrollo, el juego salió a la venta con el beneplácito de la crítica.

Battlefield 1 intentó mezclar el género de los shooters militares de toda la vida trasladando la ambientación a la Primera Guerra Mundial. Cuando se reveló que los jugadores podían asumir los papeles de una mujer y un soldado de color, el juego fue criticado por ser históricamente inexacto y por promover la "diversidad forzada", una frase utilizada para frenar la representación en los medios de comunicación. Dejando a un lado el hecho de que las primeras entregas de Battlefield nunca buscaron la exactitud histórica, las objeciones de controlar a una mujer o a una persona de color en un juego de disparos en primera persona son poco menos que absurdas.

En otro ejemplo de juego criticado por "diversidad forzada", Last of Us Part 2 suscitó la indignación por cambiar el enfoque de Joel a Ellie y darle una novia lesbiana. No sólo eso, sino que el personaje de Abby fue criticado y su actriz de voz, Laura Bailey, recibió amenazas de muerte.