10 peores cosas de Zuko

Ya sea como el Príncipe Zuko, Zuzu o el Espíritu Azul, los fans de Avatar: El último maestro del aire no olvidarán a este personaje. En cuatro temporadas, Zuko sufre una transformación de villano a héroe tan cautivadora que muchos fans olvidan que empezó la serie como villano.

Antes de unirse al Equipo Avatar como maestro de fuego-control de Aang, Zuko se encargó de frustrar a los fans intentando constantemente acabar con la vida de Aang. Mientras éste trabajaba incansablemente para salvar al mundo de un malvado dictador, Zuko se apoyaba en sus peores atributos para detenerlo.

Aunque pueda parecer demasiado obvio el hecho de poner a un adolescente impulsivo y vengativo como príncipe de la Nación del Fuego, Zuko es Zuko. A lo largo de Avatar: El último maestro del aire, el joven pasó por un arco que puso a prueba su paciencia y le obligó a enfrentarse a su ira.

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Cuando se introdujo a Zuko, se le presentó como un personaje que se despertaba con una ardiente pasión de rabia no apagada y se iba a la cama cada noche sin apagarla. Con el tiempo, se reconcilia con su ira, pero incluso al final de la serie, Zuko es provocado fácilmente en altercados físicos y verbales tanto por amigos como por enemigos.

Ser respetuoso con el honor es algo honorable. Sin embargo, respetar demasiado la definición de honor de otra persona puede distorsionar la forma en que alguien ve el mundo.

Zuko es el ejemplo perfecto de un personaje que presta demasiada atención a la idea de honor de otros. Al hacerlo, construye su vida dentro de las limitaciones de una inseguridad que se basa en la violencia para crear seguridad. Este es el mantra de la Nación del Fuego y del Príncipe Zuko hasta que Zuko define el honor por sí mismo y cambia sus espadas gemelas por la paz.

Aunque no es muy vergonzoso ser desleal a la malvada Nación del Fuego, Zuko se condenó a sí mismo a ojos de los fans cuando su deslealtad se extendió a su tío. Iroh es uno de los personajes de ficción más queridos de esta generación.

Traicionarle es como traicionar el espíritu de despertarse los sábados por la mañana para ver dibujos animados con un tazón de cereales. Aun así, Zuko puso su peor cara al unirse a su hermana y poner al tío Iroh tras las rejas de una prisión de la Nación del Fuego.

Un adolescente nervioso con tendencia a las demostraciones teatrales de violencia es preocupante, pero el despliegue despiadado de violencia militarizada que Zuko mostró tras volver a unirse a la Nación del Fuego es aterrador. Tras reunirse con su padre y encontrar consuelo en su antiguo lecho, Zuko siguió persiguiendo al Avatar con su cartera.

En lugar de ensuciarse las manos y perseguir a Aang en persona, dio una orden a un poderoso maestro de la combustión que Sokka llamó con mucho tacto Hombre de la Combustión. Zuko sabía que este hombre era un asesino entrenado, y aun así lo envió tras un grupo de niños que no querían más que la paz.

Poco se puede decir para justificar el comportamiento de Azula a lo largo de Avatar: El último maestro del aire. Si bien es cierto que la niña de 14 años estaba incapacitada por la constante presión de la perfección, las atrocidades que cometió por la Nación del Fuego son imperdonables. Lo que es aún más imperdonable es la forma en que Zuko no impidió que su hermana cometiera esos actos.

Como futuro líder de la Nación del Fuego, Zuko era responsable de todos los que actuaban en nombre de su orgullosa nación. Aun así, ignoró su responsabilidad como hermano y líder para perseguir una idea de honor que ni siquiera fue honorable.

El estoicismo de Zuko es admirable cuando le da la fuerza para hacer pasar rayos por su cuerpo o para entrenar su habilidad con la espada hasta el punto de inquietar a los maestros maestros del fuego, pero se desmorona fuera de estos escenarios. Cuando se enfrenta a la incomodidad de una relación personal, Zuko se agita como un pulpo en el Congo.

Este incómodo baile emocional se ve cuando deja a su compañera de siempre, Mai, para perseguir al Avatar. En lugar de hablar con Mai sobre su decisión, Zuko le deja una nota y se escapa por la noche en lugar de darle la oportunidad de expresar su opinión al respecto.

Como futuro Señor del Fuego, las expectativas puestas en la espalda de Zuko eran imposibles de cumplir. Para que su padre se sintiera orgulloso, Zuko habría tenido que acabar con el ciclo del Avatar y conquistar el mundo bajo el manto de Rey Fénix.

Mientras intentaba estar a la altura de las expectativas de su padre, Zuko fue víctima de su propia ira y odio. Esta ira debilitó enormemente sus habilidades de fuego-control. Una vez que Zuko consiguió superar su ira y enfrentarse a los maestros fuego originales, su suerte cambió, pero los fans siguen quejándose de que no está en lo más alto de la escala de poder del fuego-control.

Traicionar al tío Iroh es perdonable teniendo en cuenta la difícil relación entre Zuko y los hombres a los que se supone que respeta dentro de la Nación del Fuego, pero traicionar a Katara es algo que pocos fans pueden perdonar.

La bondad que Katara mostró a Zuko mientras estaba atrapado en el Reino de la Tierra es una bondad que rara vez ha mostrado a nadie. Aang es el único otro personaje con el que se puede ver a Katara compartiendo el poder de su agua mágica curativa. Sin embargo, Zuko ignoró el peso de la bondad de Katara y traicionó su confianza al unirse a Azula.

"Zuko solo" es uno de los mejores episodios de Avatar: The Last Airbender. En este episodio, Zuko asume el protagonismo y emprende una aventura en solitario que le abre los ojos al verdadero impacto de la guerra de la Nación del Fuego.

Aunque muchos consideran este episodio como el punto de inflexión en el arco de carácter de Zuko, también puede servir como prueba de algunos de los atributos menos deseables del Príncipe. Por ejemplo, antes de entrar en el pequeño pueblo de la Tierra, Zuko estuvo a punto de agredir a un hombre y robarle la comida. También robó un caballo de avestruz para transportarse durante el episodio.

A pesar de que su tripulación decidió arriesgar su vida y su título para servir bajo el mando de un príncipe exiliado de la Nación del Fuego, Zuko no les mostró el respeto que merecían. En varias ocasiones, el príncipe Zuko descargó su ira contra su tripulación e incluso puso sus vidas en peligro para lograr su objetivo.

Durante toda la primera temporada, Zuko vio a los miembros de su tripulación como meros parientes de los rinocerontes de Komodo almacenados bajo la cubierta de la nave. Este comportamiento es aún más inexcusable por la forma en que Zuko traicionó su propia misión más adelante en la serie.