15 maneras en que la trilogía de El Hobbit ha envejecido mal

A pesar de estar relacionadas con la aclamada trilogía de El Señor de los Anillos de Peter Jackson, las películas de El Hobbit no han sido tan bien recibidas como sus predecesoras. Desde cómo se desarrolla la historia y cómo actúan los personajes hasta el aspecto de las películas y lo que pretenden hacer, las películas de El Hobbit contienen una variedad de aspectos que justifican las críticas o suprimen el interés por volver a verlas. A medida que pasa el tiempo, más problemas se hacen visibles.

La mayoría de los problemas de la trilogía no se trasladaron del libro original de J.R.R. Tolkien. En su lugar, fueron implementados por los creadores de las películas para ofrecer una experiencia cinematográfica particular. Desgraciadamente, han debilitado la historia tanto a los ojos de la crítica como de los aficionados ocasionales, asegurando así el complicado legado de la trilogía. En general, han errado el tiro al dramatizar en exceso una historia que Tolkien concibió originalmente con un tono en mente diferente del que adoptaría más tarde para El Señor de los Anillos.

Este artículo fue actualizado por Christopher Raley el 7 de octubre de 2024: Entre las obras más queridas de J.R.R. Tolkien, El Hobbit ocupa un lugar en los corazones de sus muchos fans por ser una apertura más ligera, casi de cuento de hadas, al mundo de la Tierra Media. Las películas, sin embargo, parecían buscar un tono que la historia no pretendía expresar. Como resultado, algunos aspectos de las películas no han envejecido bien. Se han añadido cinco entradas a esta lista y se ha actualizado el artículo para adaptarlo a las normas de publicación actuales de CBR.

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9 15 Se abusa de la cámara lenta en las tres películas

Lo que era una herramienta parece una muleta

No es que la cámara lenta sea del todo mala. Peter Jackson utilizó el efecto con cierta frecuencia en las películas de El Señor de los Anillos y su uso no fue del todo malo. La cámara lenta realza la lucha de Boromir por defender a los hobbits en La Comunidad del Anillo, por ejemplo. Pero en las películas de El Hobbit, Jackson parece confiar demasiado en esta herramienta, aumentando la tensión de forma poco natural. Peor aún, a veces parece utilizarla para crear una tensión que debería dejarse en manos de sus actores.

El enfrentamiento culminante con Azog en Un viaje inesperado es un ejemplo de lo primero. Jackson utiliza la cámara lenta cuando Thorin coge el tronco de roble y su espada, de nuevo cuando es derrotado, y de nuevo cuando Bilbo interviene para salvarle, etc. Otro uso atroz es en La batalla de los cinco ejércitos, cuando Thorin le dice a Bilbo que no se desprenderá de una sola moneda y repite la frase mientras el tempo se hace cada vez más lento, aparentemente haciéndose eco de la voz de Smaug. Pero contrasta con la escena de la bellota. Thorin y Bilbo crean un momento agridulce de tensión palpable sin una pizca de cámara lenta.

14 Radagast es un personaje cómico accesorio a la trama

En un reparto ya abarrotado, es innecesario

Radagast el Pardo es un mago de la Tierra Media de Tolkien que interviene en La Comunidad del Anillo al entregar involuntariamente a Gandalf en manos de Saruman. Y aunque Tolkien no entra en detalles, se supone que Radagast desempeñó un papel en la Guerra del Anillo, luchando en el norte, probablemente en el Bosque Negro, pero posiblemente también con los enanos (aunque puede que no fuera tan fuerte como Gandalf). Todo esto viene a decir que no aparece en absoluto en El Hobbit, salvo por la suposición de los lectores que se enteraron de su existencia después de los hechos.

Pero Radagast no era miembro del Consejo Blanco, por lo que ni siquiera entonces se puede suponer que participara en la expulsión del Nigromante (Sauron) de Mirkwood. Esto deja al personaje con un nido de pájaros en el sombrero, un trineo tirado por conejos (¿en serio?) y una expresión graciosa cuando se droga con lo que sea que Gandalf tenga en su pipa. Si a la película le faltaran personajes y necesitara un complemento cómico, quizá Radagast habría sido bienvenido. Sin embargo, El Hobbit cuenta con un gran elenco de personajes, lo que hace que complementos como Radagast parezcan sólo eso: complementos.

13 Las películas tienen las preocupaciones mayores adecuadas

Pero se cuentan en la historia equivocada

Es cierto que, en la época de los acontecimientos de El Hobbit, Gandalf estaba preocupado por la existencia del Anillo y que le preocupaba el Nigromante de Mirkwood. También es cierto que Saruman probablemente estaba tramando convertir a Gandalf en la única voz sabia del Consejo. La mayoría se inclinó ante su sabiduría. Pero no es cierto que estas cosas sean fundamentales para la historia de El Hobbit. El Nigromante aparece tal vez en dos ocasiones en el libro. El resto Tolkien lo revela como material de fondo.

¿Por qué Gandalf ayudó a la Compañía de Thorin en El Hobbit?

Gandalf ayuda a la Compañía de Thorin a recuperar Erebor durante los acontecimientos de El Hobbit, pero la ayuda del mago formaba parte de una estrategia mucho mayor.

La tentación es pensar que tres películas pueden desvelar todo el trasfondo y añadirlo a la trama para que la historia sea más inmediata de lo que podría ser de otro modo, una tentación a la que Jackson claramente cedió. Pero el resultado no fue una historia más inmediata. El resultado fue una historia hinchada que no sabía si era la historia de "ida y vuelta" de un Hobbit que se lanza a la aventura o una historia sobre las maquinaciones políticas que conducen a la Guerra del Anillo.

12 Hay demasiados personajes y poca historia

Saruman se siente incómodo y martilleado en su sitio

En el gran acto de equilibrio que Jackson creó para las películas, los personajes y la historia a veces se alinean para dar lugar a los mejores momentos de las películas. Otras veces, los personajes aparecen sin mucho que hacer. Mientras que las partes del Concilio Blanco pueden tomarse desde un punto de vista positivo, Saruman es uno de esos personajes que aparecen sin nada que hacer. En Un viaje inesperado, se reduce a quejarse de Radagast y las setas mientras que, sólo una escena después, Gandalf y Galadriel crean uno de los momentos más conmovedores de la película.

En La Batalla de los Cinco Ejércitos, aparece con Elrond y Galadriel para enfrentarse al Nigromante y desterrarlo de Mirkwood. Mientras lo hace, comparte con el público una mirada que, tal vez, pretende presagiar su ansia de poder que desemboca en su traición en LOTR. Pero, ¿era realmente necesario? Incluso si sólo hubiera aparecido para un pequeño papel al final con el único propósito de recordar a los espectadores el siguiente capítulo, esa mirada podría haber significado más.

11 Jackson hizo desviaciones específicas de la historia

Esas desviaciones dejaron grandes agujeros en la trama

A medida que las películas de El Hobbit siguen envejeciendo, las desviaciones que Jackson hizo de la historia siguen mostrando su edad también. Algunos cambios son inevitables cuando se adapta un libro. Jackson introdujo cambios buenos y malos en la saga de El Señor de los Anillos, normalmente para mantener elementos clave de la historia. Pero en las películas de El Hobbit, varias desviaciones de la historia dieron lugar a agujeros que se habrían quedado tapados si se hubieran dejado solos.

Un ejemplo son los tres trolls de Un viaje inesperado. Los trolls roban los ponis de los enanos y no se fijan en ellos. Mientras que en el libro, los enanos tropiezan con los trolls porque se sienten atraídos por su fuego en una noche fría y lluviosa. En La batalla de los cinco ejércitos, los gusanos hacen un túnel bajo las montañas para abrir paso a los ejércitos de Azog, pero luego desaparecen sin dejar rastro (por no hablar de la logística de un ejército que se precipita por túneles recién ocupados al máximo por los gusanos). En el libro, sin embargo, los trasgos se limitan a trepar por la montaña.

10 Bilbo no suele ser el centro de atención

La excepcional interpretación de Martin Freeman debería haber sido central

Bilbo Bolsón emprende una épica búsqueda hacia la Montaña Solitaria al principio de la primera película de El Hobbit, pero su condición de protagonista queda relegada a un segundo plano en la trilogía. Especialmente en la segunda y tercera película, Bilbo pierde mucho protagonismo en favor de personajes como Thorin y Bardo. Esto difiere del libro, en el que Thorin es claramente secundario con respecto a Bilbo y Bardo es un personaje secundario.

Más puntos de vista pueden realzar el mundo de una película, pero en el caso de El Hobbit, Bilbo perdió un nivel de influencia y significación dentro de su historia. Su mera presencia en ella es única y es lo que hace que la búsqueda para recuperar Erebor sea especial entre las aventuras de fantasía. La ausencia de Bilbo se deja sentir hasta tal punto que su regreso al estatus de personaje principal al final de la trilogía casi parece fuera de lugar, pero no deja de ser un alivio.

9 Se hace demasiado hincapié en Azog

No aporta nada a la historia

Centrarse en los villanos puede ser admirable, pero en el caso de El Hobbit, va en detrimento de la película. Para compensar la falta de un antagonista recurrente en el libro y preparar una lucha final para Thorin, se introdujo a Azog. Uno de los muchos defectos de Azog en las películas es su propia presencia. En la novela de Tolkien, fue asesinado años antes de que Bilbo viajara a la Montaña Solitaria.

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En general, Azog aporta poco a la trama. No se diferencia de ningún otro orco en nada relevante (excepto en que es más grande), ni sirve para nada más allá de alimentar la ira de Thorin hacia los orcos. Lo que hace más confusa su considerable cantidad de tiempo en pantalla es el hecho de que Bolg, el hijo de Azog, podría haber desempeñado su papel como jefe orco de la trilogía (que es en el libro) sin recurrir a la resurrección.

8 Alfrid recibió una cantidad innecesaria de tiempo en pantalla

Como villano cómico, no era divertido ni necesario

Inventar personajes para una historia adaptada puede ayudar a resolver cabos sueltos, pero Alfrid ofrece poco a la trilogía cinematográfica. Presentado como ayudante y consejero del gobernante de Ciudad del Lago, Alfrid se parece a Gríma Lengua de Gusano -el consejero corrupto de Theoden- en más de un aspecto. Una vez que el Maestro muere, pasa el resto de su tiempo en pantalla intentando salvar la cara o esconderse de los combates.

El problema es que aporta tan poco a la narración a pesar de aparecer tanto. Alfrid es introducido para apoyar el gobierno corrupto del Amo en Lake-town, que éste podría haber representado por sí mismo. Luego se enemista con Bard y con la gente de Lake-town, sólo para huir y morir sin ser visto por ninguno de ellos. Ni les cambia a ellos ni ellos a él de forma significativa. En pocas palabras, su existencia es una pérdida de tiempo.

7 La trilogía intenta ser una precuela

Debería haber sido una aventura sencilla

Una diferencia notable al comparar las versiones en libro y en película de El Hobbit son las motivaciones y los contextos a la hora de crearlas. El libro era anterior a El Señor de los Anillos y existía como una historia autónoma. Por el contrario, las películas se desarrollaron con un conocimiento y un reconocimiento preestablecidos del lugar relativamente pequeño que ocupaba El Hobbit en un universo fantástico más amplio.

Intentar adaptar la historia a los acontecimientos de El Señor de los An illos contradecía la intención original. Atiborrar la trilogía de El Hobbit de presagios y conexiones con personajes y lugares de El Señor de los Anillos dio lugar a muchas escenas fuera de lugar, innecesarias para la aventura principal. Arcos argumentales como el de Bilbo -e incluso el de Thorin- se vieron perjudicados por estos añadidos secundarios.

6 Legolas sólo se añadió para complacer a los fans

Su personaje nunca supera las elaboradas secuencias de acción

Aunque su presencia en la trilogía no contradice la tradición de la Tierra Media, Legolas fue incluido para complacer a los fans de El Señor de los Anillos. Como hijo de Thranduil, rey de los elfos de Mirkwood, tiene sentido que Legolas aparezca en secuencias que tienen lugar en el bosque. Cabría suponer que su popularidad suscitaría adoración por El Hobbit, pero no bastaba con añadirlo.

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Las buenas escenas de acción son bienvenidas, pero Legolas aporta poco más a la trilogía de El Hobbit . No avanza ningún arco argumental de forma significativa, ni cambia o se desarrolla de forma significativa a lo largo de las dos películas. Aparte de matar orcos de forma extravagante, Legolas no tiene ningún propósito, y podría ser eliminado de la trilogía sin mayores consecuencias para la narrativa.

5 Las escenas de acción suelen ser problemáticas

"Exagerado" apenas lo describe

Las escenas de acción han sido populares desde los inicios del cine, pero series como El Hobbit caen en la trampa de pasarse de la raya. La regla más importante a la hora de elaborar una escena de acción es garantizar su coherencia con las reglas del mundo. El Hobbit tiene el lujo y el privilegio de existir dentro de un universo fantástico en el que las reglas del mundo real pueden ajustarse, pero los límites siguen existiendo.

Escenas como la de Legolas corriendo por rocas que caen y enanos que permanecen perfectamente erguidos mientras luchan en aguas turbulentas ponen a prueba los límites de lo que los personajes de la Tierra Media deberían ser capaces de hacer. Además, El Hobbit confía demasiado en la acción llamativa en general, como demuestran varias escenas de combate creadas específicamente para las películas. Se debería haber dado prioridad a la historia y a los personajes.

4 Se añadió un personaje femenino importante para un triángulo amoroso

En el mejor de los casos, el triángulo amoroso era innecesario

Aunque Tauriel ha sido recibida positivamente en algunos aspectos, uno de sus atributos más visibles y predominantes podría haberse quedado fuera de El Hobbit. Como creación específica para el cine, Tauriel era un añadido único a los elfos de Mirkwood y a la historia en general, sobre todo por su habilidad para el combate. Sin embargo, su desarrollo se vio limitado por su confinamiento en un triángulo amoroso.

La dinámica entre Tauriel, Kili y Legolas es simplemente innecesaria. La relación entre los enanos y los elfos no se ve afectada de ninguna manera consecuente como resultado de su asociación, ni tampoco afectan a los personajes que les rodean debido al triángulo amoroso. Cualquier independencia que Tauriel pudiera haber tenido como personaje se dilapidó al verse forzada a una rivalidad irrelevante. En su lugar, representa una oportunidad desaprovechada, convirtiendo a un personaje femenino potencialmente fuerte en un personaje femenino simbólico.

3 Las batallas de la tercera película son excesivas

Quitan protagonismo a los personajes

Más grande no siempre significa mejor, y la última película de la trilogía de El Hobbit lo demuestra. Lo que originalmente eran dos batallas escasamente descritas -la Batalla de los Cinco Ejércitos y el Concilio Blanco contra el Nigromante- se convirtieron en conflictos de escala colosal para las adaptaciones cinematográficas. Sin embargo, los errores de escritura aparecieron junto con el aumento de escala a un ritmo proporcional.

Aparecen gusanos gigantes que desaparecen rápidamente (véase más arriba), llega un segundo ejército de orcos de Gundabad que es aniquilado de inmediato, y la Batalla de los Cinco Ejércitos está plagada de escenas escandalosas. Además, la fisiología y la historia de los Espectros del Anillo se alteran con el único propósito de que la lucha sea vistosa. Dedicar demasiado tiempo a las grandes batallas reduce la atención prestada a los arcos argumentales individuales.

2 Un libro se transformó en tres películas con ánimo de lucro

Este es el origen de muchos de los problemas

La transformación deEl Hobbit de un libro en tres películas estaba destinada a causar problemas. Con semejante cantidad de espacio que llenar para que las películas estuvieran completas, se inyectó una cantidad inquietante de relleno y escenas innecesarias. Ver incontables minutos de historias secundarias y conversaciones que no aportan nada aburre o distrae al público, debilitando así la fuerza de la trama original.

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El ritmo también se colapsa por completo con tanto material extra que se añadió sin una planificación adecuada. Sin embargo, la razón más obvia para hacer tres películas a partir de un solo libro es el dinero. Convirtió una historia muy querida en un descarado afán de lucro que trajo consigo peleas llamativas y prolongadas, personajes secundarios que apenas contribuyen y extrañas desviaciones de la historia principal, dejando a los fans con una visión muy crítica de la trilogía.

1 El CGI y los efectos especiales son malos una y otra vez

Esto fue chocante dados los efectos revolucionarios de LOTR

Frente a la hábil mezcla de efectos prácticos y CGI de El Señor de los Anillos, El Hobbit se apoya demasiado en estos últimos. Personajes y criaturas enteras, como Dain, Azog y la montura de Thranduil, se presentan mediante CGI. El CGI puede dar vida a muchos conceptos e ideas complejos, pero su uso excesivo puede romper inmediatamente la inmersión del espectador al chocar con actores y decorados reales.

Una de las principales razones por las que los cineastas utilizan tanto CGI es para crear escenas vistosas y exageradas, como largas persecuciones a través de escenarios místicos. La eliminación de escenarios reales, vestuario, maquillaje y otras herramientas de la puesta en escena en favor de un CGI desordenado da la sensación de que uno está viendo un producto manufacturado, un videojuego, en lugar de una historia realista. El fracaso de El Hobbit en este aspecto sigue influyendo en la reputación negativa de la trilogía.

El Hobbit: Un viaje inesperado
PG-13 Aventura Fantasía
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Director
Peter Jackson

Fecha de estreno
14 de diciembre de 2012

Reparto
Martin Freeman, Ian McKellen, Richard Armitage, Ken Stott, Cate Blanchett, Ian Holm, Christopher Lee, Hugo Weaving, James Nesbitt, Elijah Wood, Andy Serkis

Guionistas
Fran Walsh, Philippa Boyens, Peter Jackson, Guillermo del Toro

Género principal
Aventura

Distribuidor(es)
Warner Bros. Pictures
El Hobbit: La desolación de Smaug
PG-13 Aventura Fantasía
El Hobbit: La desolación de Smaug, dirigida por Peter Jackson, continúa el viaje de Bilbo Bolsón (Martin Freeman) junto a Thorin Oakenshield (Richard Armitage) y su compañía de enanos. En su viaje para recuperar Erebor del dragón Smaug (al que pone voz Benedict Cumberbatch), encuentran nuevos aliados y peligros.

Director
Peter Jackson

Fecha de estreno
13 de diciembre de 2013

Reparto
Martin Freeman, Ian McKellen, Richard Armitage, Benedict Cumberbatch, Evangeline Lilly, Lee Pace, Luke Evans, Ken Stott, James Nesbitt, Orlando Bloom

Guionistas
Fran Walsh, Philippa Boyens, Peter Jackson, Guillermo del Toro

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Distribuidor(es)
Warner Bros. Pictures
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PG-13 Aventura Fantasía

Director
Peter Jackson

Fecha de estreno
17 de diciembre de 2014

Reparto
Martin Freeman, Ian McKellen, Richard Armitage, Evangeline Lilly, Luke Evans, Lee Pace, Benedict Cumberbatch, Cate Blanchett, Orlando Bloom, Hugo Weaving

Escritores
Fran Walsh, Philippa Boyens, Peter Jackson, Guillermo del Toro

Género principal
Aventura

Distribuidor(es)
Warner Bros. Pictures