Attack On Titan: 10 cosas que te perdiste en el capítulo 122

La historia de Ataque a los Titanes concluyó hace poco, pero el manga ha ido muy por delante de su adaptación al anime desde hace varios capítulos. De hecho, la llamada Temporada Final de la serie sigue en marcha, pero había muy poca información sobre la historia y el origen de los Titanes hasta que se publicó el capítulo 122, el último del volumen 30.

Titulado "De ti, hace 2.000 años", el capítulo adentra a los lectores en la vida de Ymir Fritz, el fundador de la línea de Eldian y el primer heredero del Poder de los Titanes. Como tal, es uno de los más importantes de toda la historia porque aclara, hasta cierto punto, por qué existen los Titanes, aunque no lo que son.

Una secuencia retrospectiva bastante brutal muestra los orígenes de Ymir, que al principio aparece capturada por los predecesores del reino de Eldian. Después de que su hogar sea incendiado y todas las personas de su vida torturadas y asesinadas, Ymir es esclavizada por un hombre, presumiblemente un señor de la guerra.

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A pesar de que hace todo lo posible por permanecer invisible y seguir con su jornada, la niña es culpada por los demás esclavos por dejar escapar a "un cerdo", ganándose la ira de su dueño.

Tras ver que no tiene más remedio que aceptar la pena por un crimen que no ha cometido, Ymir es aparentemente liberada por el caudillo. Evidentemente, se trata de un cruel juego mental, ya que el hombre no tiene intención de dejarla libre.

En su lugar, envía una partida de caza (con perros despiadados que se lanzan a sus pies), para matar a Ymir. Destrozada, llorando y gravemente herida, Ymir deambula por el bosque sin rumbo, tratando desesperadamente de salvarse.

En el proceso de huida, Ymir se encuentra con un enorme árbol de forma extraña con una abertura en su base. Se adentra en el oscuro espacio con la esperanza de esconderse de sus perseguidores, pero pierde el equilibrio y se precipita de cabeza a un abismo (que no tiene cabida dentro de un árbol).

Ymir cae en una masa de agua, ahogándose lentamente, hasta que un ser luminiscente parecido a una columna vertebral emerge detrás de ella; poco a poco va sujetando sus diversos "tentáculos" a la espalda de Ymir, y el siguiente panel muestra a todo el árbol derrumbándose en el suelo.

El organismo que se fusiona con Ymir la convierte en un Titán, el primero de su clase, aterrorizando a los cazadores eldianos hasta la sumisión temporal.

Sin profundizar demasiado en el territorio de los spoilers, esta entidad se conoce como Yukibutsu no Kigen, o Fuente de toda la materia viva. Zeke Jaeger afirma que es una de las infinitas "innumerables masas de cosas desconocidas" que existieron en la Tierra primigenia y "acabaron sobreviviendo". Cómo se traduce la Fuente de toda la Materia Viva en Titanes es otra historia.

El señor de la guerra eldiano llega a ser tan poderoso como un rey, ya que ha hecho que Ymir realice todo tipo de trabajos serviles en su forma de Titán. Esto incluye la construcción de carreteras, el cultivo de tierras baldías y la construcción de puentes en las montañas, lo que permite a los eldianos crecer y prosperar.

Complacido con sus esfuerzos, el rey anuncia con arrogancia que "le dará [a ella] [su] semilla" como "recompensa". Curiosamente, esto sugiere que Ymir, como Titán, tiene el control total de sus acciones.

El rey Fritz ordena a Ymir "aniquilar al odiado pueblo de Marley", a lo que ella no tiene más remedio que obedecer dada su evidente situación de Síndrome de Estocolmo.

Procede a borrar la nación del mapa casi sin ayuda, aunque toda la gloria y el honor se los lleve el rey. De hecho, se muestra que Ymir continúa con su misión de violencia después de dar a luz a su primer hijo, lo que sugiere que el rey, el padre de sus hijos, realmente no se preocupa por ella.

Ymir muere cuando un líder militar eldiano intenta asesinar al rey Fritz con una lanza: se lanza delante de él y le atraviesa el corazón.

Se desploma y no vuelve a levantarse, a pesar de que el rey afirma que "ninguna lanza puede matarla". Ymir deja a sus tres hijas, llamadas María, Rosa y Sina, que son también los nombres que reciben las tres murallas principales que rodean y protegen a Paradis de los Titanes.

Ymir desaparece en su mundo desértico y estrellado, y el rey Fritz, lejos de estar inconsolable, ordena de hecho a María, Rose y Sina que "se coman hasta el último trozo del cuerpo de Ymir".

No está claro cómo se da cuenta de que consumir la espina dorsal de un Titán transfiere el Poder de los Titanes, pero el rey dice a sus hijas que "den a luz a muchos nietos y los críen", y así sucesivamente, con cada nueva generación dándose un festín con las espinas dorsales de la generación anterior para que "Eldia gobierne el mundo con sus Titanes".

En la Coordenada, Eren grita que planea "acabar con este mundo", exigiendo a Ymir que le dé pleno acceso al Titán Fundador. Le dice que no es "ningún esclavo... ningún Dios", sino "sólo una persona", las primeras palabras amables que Ymir ha escuchado en más de dos milenios de existencia.

Zeke intenta detener a Eren, pero es inútil porque las declaraciones del primero acaban calando en Ymir. Por otro lado, se puede argumentar que Eren sólo está manipulando a Ymir como lo habían hecho todos los demás en su vida.

Por primera vez, se muestran los ojos de Ymir, de un púrpura incandescente y rebosante de lágrimas, antes de que la escena vuelva bruscamente al presente.

La cabeza decapitada de Eren se reconecta con su cuerpo a través del Ciempiés Luminoso y los muros que han durado tanto como la memoria viva comienzan a erosionarse. Como Eren había prometido, utiliza el poder del Titán Fundador para liberar a los millones de Titanes Colosales contra el mundo.