Crítica de Wonder Woman, la mejor película del verano… y de DC cómics
Si hace unos años nos dicen que la mejor película DC y del verano 2017 sería Wonder Woman, nuestras carcajadas se habrían escuchado hasta en Themyscira, porque a pesar de ser uno de los emblemas de la compañía, ni su uniforme ni sus acciones parecían tener hueco en la ambiciosa cartelera actual. Crítica de Wonder Woman, la mejor película del verano… y de DC cómics.
Pero resulta que Patty Jenkins, una directora que triunfó en 2003 con Monster (Oscar para Charlize Theron incluido) y no volvió a rodar para cine hasta esta película, ha tenido la libertad suficiente de hacer una película de superhéroes de otra época. En espíritu y en forma. Y es que Wonder Woman recupera el valor de la grandeza de los héroes inmortales, la aventura y, lo más importante, un serie de valores que a priori resultarían almibarados y un tanto infantilizados, pero lo hace con convicción y mucho corazón. Y vaya si funciona. Vamos, que las comparaciones con el Superman de Richard Donner estarían más que justificadas.
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Empezando por el mayúsculo acierto de su casting principal. Gal Gadot es una diosa (aplicar también aquí lo de espíritu y esencia) tanto dentro como fuera de la pantalla. Con su Diana de Themyscira la actriz no se convierte solo en un pez fuera del agua, porque no se mueve a través de la ignorancia, solo hay bondad en ella.
El resto del casting cumple con su cometido, incluyendo a un Chris Pine que equilibra a ratos la balanza del protagonismo, con un espía que, como tal, está hecho un lío y es incapaz de transmitir con palabras qué demonios es una guerra y el porqué de su existencia en el mundo.
En una época de oscuridad y corrupción, dentro y fuera de la sala de cine, un ángel de luz de exquisita educación y mejores valores ha llegado para aniquilar el aburrimiento.
Rodada con brío, con un par de secuencias de acción sobresalientes y la emoción de la aventura por delante, la peli de Patty Jenkins demuestra que el riesgo no está reñido con la accesibilidad al gran público y que un superhéroe también puede trabajar a plena luz del día (aunque termine por hacerse de noche)
Wonder Woman es el triunfo de la sensatez y la honestidad, un título que viene a revalorizar el mercado DC, una compañía que va necesitada de mejores héroes en la pantalla (no hay más que ver su cabecera, con cuatro pelagatos) y que en esta ocasión parece haber esquivado las premisas obligatorias para terminar siendo un desastre del calibre de Escuadrón Suicida o un tocho plano como las demás. Aquí sus 141 minutos se pasan en un suspiro, y hablando de suspiros, Gal Gadot (sí, otra vez). La composición de la actriz es monumental, transmitiendo una energía y una presencia arrolladoras acompañadas de unos cuantos modelitos para caer rendidos a sus pies. ¿Quién no querría invitar a la hermosa Diana a un helado?
Si no me equivoco la línea guitarrera del personaje aparece una sola vez y el resto de músicas de Rupert Gregson-Williams es excelente. El futuro de la casa de Batman y Superman está ahora en manos de sus personajes femeninos, algo que Joss Whedon sabe y que tratará de llevar a su terreno en Batgirl, para jugar con el viento a favor y seguir haciendo lo que deberían haber hecho los demás: películas divertidas, épicas y sin pretensiones.
No hay escenas post-créditos en la película, así que si vas con prisa puedes salir cuando los créditos de esta estupenda, fiel, respetuosa y perfectamente adaptada versión del personaje llegue al final de sus créditos animados.