El cofundador del festival de la Isla de Wight habla de lo que le "apena" de los festivales modernos
Ray Foulk, cofundador del Festival de la Isla de Wight, ha hablado recientemente sobre lo que le "apena" de los festivales modernos.
El organizador del festival habló recientemente con PA, donde reflexionó sobre las casi 25 ediciones del festival. Foulk fundó el evento junto a sus hermanos Ron y Bill.
En declaraciones a PA, Foulk declaró: "El festival, con artistas de la talla de Bob Dylan y (Jimi) Hendrix y Joni Mitchell, era una peregrinación para la contracultura, y las canciones y los artistas cantaban sobre la necesidad de crear un mundo mejor.
"Era muy político en ese sentido. Hoy en día no es eso, es más un entretenimiento que una peregrinación para gente que piensa en cómo hacer un mundo mejor".
Foulk añadió que "hoy en día los festivales están muy bien organizados", y añadió: "Lo nuestro estaba bastante bien organizado en muchos aspectos, pero no se parecía en nada a un festival de hoy en día en cuanto a variedad de instalaciones y cosas que hacer y gran organización".
"Estoy seguro de que son mejores en ese sentido, pero en otro sentido, me apena que los jóvenes no salgan a buscar un mundo mejor de la forma en que lo hacíamos nosotros", concluyó.
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Los festivales se han enfrentado a una crisis cada vez mayor debido a la pandemia y al escaso apoyo del gobierno, con 40 festivales británicos cancelados este verano.
En un informe realizado por la Asociación de Festivales Independientes (AIF) este mes de mayo, se demuestra que otros 170 festivales han desaparecido en los últimos cinco años.Towersey, el festival independiente más longevo del Reino Unido, Nozstock Hidden Valley de Herefordshire, Doonhame Festival de Dumfries y Splendour de Nottingham son algunos de los muchos que se han visto obligados a cerrar sus puertas.
En una investigación de NME sobre la oleada de cierres de festivales, el Director General de la AIF, John Rostron, explicaba: "La razón número uno fueron las presiones económicas y financieras", afirmó Rostron sobre las cancelaciones del verano pasado. "Se debe a una mezcla de aumento de los costes de la cadena de suministro, y si no vendían tantas entradas -aunque fuera por un pequeño porcentaje-, la diferencia en el aumento de los precios y la dificultad de las condiciones vigentes obligaban a cancelar".
"Ha habido varios festivales en los que todo parecía ir bien a primera vista. Los clientes venían, se lo pasaban bien, las bandas tocaban, pero en realidad los festivales perdían dinero. Algunos de ellos están en dificultades o podrían estarlo si no sopla un buen viento. Es muy preocupante. Estos festivales existen y no parecen estar en llamas, pero quizá lo estén".