High Roller: The Stu Ungar Story
El póker se ha convertido en un fenómeno de masas en los últimos años, aunque siempre ha sido uno de los juegos con más protagonismo en el mundo del cine. La representación del póker en las películas suele tener poco que ver con la realidad del juego de cartas, ya que el principal objetivo de una obra cinematográfica es vender entradas. A pesar de ello, los aficionados a los naipes también pueden encontrar películas de póker con una visión más realista para hacerse una idea de la relevancia del juego de cartas. Una de las más destacadas es High Roller: The Stu Ungar Story, un filme dirigido por A. W. Vidmer y basado en la historia real del ascenso y la caída de Stu Ungar, una de las grandes leyendas del póker.
Estrenada en el año 2003, esta película biográfica se centra en la vida de Stu Ungar, considerado como uno de los jugadores con más talento en el póker a lo largo de la historia. Michael Imperioli, conocido por el papel de Christopher Moltisanti en la serie Los Soprano, es el protagonista de High Roller: The Stu Ungar Story, donde también destaca la presencia de Steve Schirripa, conocido por interpretar a Bobby Baccalieri en Los Soprano. Además, la película cuenta con los cameos de varias figuras del mundo del deporte y el póker, como es el caso de Vince Van Patten, Al Bernstein y Andy Glazer. Todo ello en un filme que arroja luz sobre uno de los jugadores más ganadores de todos los tiempos en el mundo del póker.
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El 23 de noviembre de 1998, Stu Ungar fue encontrado muerto en el suelo de una habitación del Oasis Motel de la ciudad de Las Vegas. Aunque se encontraron restos de drogas en su cuerpo, los médicos forenses determinaron en la autopsia que su muerte fue causada por una enfermedad cardíaca debido a tantos años de adicción a las drogas. Un final dramático acorde a la vida llena de excesos del genio neoyorquino, en la que las drogas tuvieron un rol principal. A pesar de ello, el estadounidense siempre será recordado como el mayor talento que ha dado el mundo del póker en los tiempos modernos. Un jugador mágico que desaprovechó su talento cogiendo el camino equivocado en Las Vegas, donde se coronó hasta en tres ocasiones campeón del Main Event de las World Series of Poker (WSOP), aunque también encontró la muerte prematura.
Primeros contactos con los naipes
Stu Ungar creció en Lower East side, un barrio de Manhattan situado entre Lower Manhattan y Brookyln, donde su padre regentaba un bar a la vuelta de la esquina de su casa. Por ese establecimiento pasaban algunos de los tipos con peor reputación de Nueva York, y de ellos aprendió a jugar a las cartas. La vida le dio un duro golpe a los 13 años, ya que su padre murió, y poco después, su madre sufrió un derrame cerebral. En ese momento de su vida, el joven neoyorquino tuvo que buscar dinero para atender las necesidades de su familia. Además, también perdió el interés por los estudios y comenzó a pasar la mayor parte del tiempo en partidas de cartas. De hecho, con apenas 14 años se convirtió en uno de los mejores jugadores de gin-rummy, un popular juego de naipes, de toda la ciudad.
Su 1'53m de altura y sus 46kg de peso, combinado con su aspecto aniñado (por el que era apodado como ‘The kid’), no asustaba a sus rivales al principio, aunque siempre terminaban gratamente sorprendidos por la habilidad de Ungar para los juegos de cartas. A pesar de su éxito, Stu perdió la mayor parte del dinero que había conseguido jugando a las cartas en apuestas deportivas. Además, también contrajo importantes deudas con los prestamistas, que no paraban de fiarle dinero al joven. Su principal problema era que no encontraba jugadores que quisieran jugar con él, ya que todo el mundo conocía su destreza en las mesas de juego. Una situación por la que empezó a tener problemas con la mafia al deberles importantes cantidades de dinero. En 1976, el neoyorquino llegó a Las Vegas, en situación de quiebra, para encontrar jugadores que desconocieran sus habilidades.
La gloria y el infierno
La leyenda de Stu Ungar también se extendió por Las Vegas, donde llegaron a prohibirle la entrada a varios casinos por el miedo que causaba en el resto de jugadores de los torneos de póker más importantes. A pesar de ello, el neoyorquino encontró su refugio en las World Series of Poker (WSOP). En 1980, ‘The kid’, que tenía muy poca experiencia en la modalidad Texas Hold’em, jugó su primer Main Event de las WSOP. A pesar de su inexperiencia, Stu derrotó a Doyle Brunson en el heads-up, convirtiéndose en el campeón más joven de la historia del Evento Principal del conjunto de torneos de póker en vivo más prestigioso del mundo.
Un año después, el neoyorquino volvió a conquistar el Main Event de las WSOP tras derrotar a Perry Green en el cara a cara final. Una nueva victoria con la que igualó el récord de Johnny Moss, siendo el único jugador en ganar en sus dos primera participaciones en el torneo. ‘The kid’ también conquistó la Super Bowl of Poker, el segundo festival de póker más famoso de los años 80, hasta en tres ocasiones: 1981, 1988 y 1989. Un ascenso hasta la gloria del póker que culminó en 1997, cuando logró su tercer brazalete de campeón del mundo tras superar a John Strzemp en el Main Event de las WSOP. De hecho, no existe ningún jugador en la historia que haya sido capaz de ganar tres veces cada uno de estos dos prestigiosos torneos del popular juego de cartas.
Stu Ungar encontró la gloria en la ciudad del juego, pero también descendió a los infiernos por culpa de su adicción a las drogas. Una oscuridad que apagó la luz del talento neoyorquino, que siempre será recordado como uno de los mejores jugadores de póker de la historia. Un jugador único e irrepetible que se ganó la admiración y el respeto del mundo del póker por su agresivo estilo de juego y sus inolvidables triunfos en los torneos más prestigiosos del mundo. Por este motivo, no te pierdas High Roller: The Stu Ungar Story, una película con la que podrás conocer muchos más detalles del jugador con más talento que se ha sentado en una mesa de póker.