Los 10 tropos más crueles del cine de ciencia ficción

Tanto el espectador ávido como el ocasional estarán de acuerdo en que las películas de ciencia ficción tienen algunos temas y elementos recurrentes que son emblemáticos del género. El espectador avezado también reconocería que no todas son buenas. La ciencia ficción es un género que amplía los límites de la imaginación, y por eso es una pena que tantos tropos deleznables consigan colarse en muchas películas de ciencia ficción.

Desde No mires hacia arriba hasta La guerra de las galaxias, estos temas se han utilizado ampliamente en multitud de películas. Hoy en día, se han convertido en algo excesivo o simplemente absurdo, lo que hace que sean tan desagradables de ver. Las películas que han subvertido estos tropos de ciencia ficción han destacado entre un mar de las que se han apoyado en ellos en gran medida.

Como muchos otros géneros, la ciencia ficción tiende a trabajar en binarios. A los humanos siempre se les hace parecer la raza buena, amable y misericordiosa, mientras que los alienígenas son siempre criaturas malvadas que esperan destruir la Tierra para conseguir algún fin. Puede tratarse de un recurso natural del que intentan apoderarse o, lo que es peor, no hay una buena razón para que los alienígenas malos hagan lo que quieren hacer.

Las extraterrestres más sexys del cine de ciencia ficción

10 tropos de ciencia ficción con los que empezó Dune

Algunas de las mayores rivalidades de la ciencia ficción han surgido de este estereotipo, y es algo que el cine debe dejar atrás. En realidad, los humanos siempre serán la más malvada de las dos razas.

El viaje en el tiempo es uno de los mejores tropos de la ciencia ficción de todos los tiempos, ya que hay algo bastante emocionante en poder revisitar el pasado o lanzarse al futuro a voluntad. Lo que resulta tedioso, sin embargo, es cuando películas como Tenet y Vengadores: Endgame intentan aplicar la lógica científica a los viajes en el tiempo para que parezcan más legítimos.

Todo el ejercicio es inútil, ya que el viaje en el tiempo es extraordinario y, hasta ahora, imposible de realizar en el mundo real. La capacidad de retroceder en el tiempo encierra tantos misterios que racionalizarla no hace más que quitarle diversión y enigma a la actividad para el público.

Las batallas son siempre divertidas de ver para los amantes de la acción, y las batallas espaciales son aún más cinematográficas por naturaleza. Sin embargo, muchas películas ignoran por completo que la lucha tiene lugar en el espacio, lo que significa que las leyes terrestres de la gravedad, la dirección, la suspensión y los planos simplemente no son las mismas. En este caso, existe la posibilidad de hacer que la batalla se desarrolle de forma sorprendente siguiendo las leyes del espacio.

Lamentablemente, estas escaramuzas en los recovecos de la galaxia se hacen idénticas a como se verían en la Tierra, en tierra firme. Películas como Dune construyeron excelentes mundos de ciencia ficción, pero perdieron algunas oportunidades cuando las luchas de otro mundo parecían guerras terrestres comunes y corrientes, que son aburridas.

Aunque gran parte del atractivo de las películas de ciencia ficción reside en que todo parece futurista y elevado de nivel, este cliché se vuelve ridículo cuando el público se da cuenta de que la mayoría de los artilugios de estas películas se quedarán sin batería en algún momento.

La tecnología que sustituye a los objetos cotidianos parece atractiva, pero suele ser muy poco práctica: los sables láser pueden morir, y la prisión que es un campo de fuerza será completamente ineficaz si se va la luz. Teniendo en cuenta que una gran parte del género se basa en explicaciones científicas para los sucesos fantásticos, la adición de tecnología de aspecto elegante sin ninguna reflexión es deprimente.

Varias películas de ciencia ficción antiguas, así como algunas más recientes, no se preocuparon de explorar las complejidades de una nueva raza alienígena. Los klingons de Star Trek eran una raza guerrera que sólo vivía para luchar, mientras que Doctor Who (la serie de televisión ha tenido telefilmes y cortos) pinta a todos, desde los Daleks a los Cybermen, como gente que vive para exterminar y eliminar a los demás.

Al igual que hay heterogeneidad en los humanos, los fans también quieren ver matices en las razas alienígenas. Hacer que un pueblo entero sea idéntico a otro es una pereza de escritura y un tropo arcaico que hace que el público se estremezca cuando lo ve.

Mantener a los humanos como plantilla para todas las razas, incluidos los alienígenas de tierras lejanas, es aburrido, pero muchas películas de ciencia ficción son culpables de ello. Desde Avatar hasta La guía del autoestopista galáctico, a los alienígenas se les da la cómoda apariencia de cuatro extremidades, una estructura humanoide y caras, y los espectadores quieren más.

La ciencia ficción es uno de los géneros más imaginativos que existen, y se disfruta mucho con alienígenas que tienen apariencias y estructuras biológicas diferentes. Peor que los alienígenas humanoides es cuando las mujeres alienígenas, como Gamora, la heroína del MCU, son convencionalmente bellas.

Aunque no es una premisa terrible, el meteorito que se precipita hacia la Tierra mientras un grupo de valientes humanos intenta evitar el desastre se ha convertido en un cliché que los fans están exasperados de ver. Armageddon puede haber sido emocionante, pero No mires hacia arriba cansa por lo gastado que está este tropo.

Se han hecho demasiadas películas de ciencia ficción con este mismo argumento, y puede que el cine haya agotado todos los finales posibles para esta historia durante un tiempo. A menos que alguien revolucione el tropo, hay que acabar con la misma película de catástrofes.

Un tema recurrente en el cine de ciencia ficción parece explorar los peligros de adquirir "demasiados" conocimientos, lo que conduce a que los humanos se vuelvan demasiado poderosos y causen estragos en la humanidad. El pensamiento científico no se premia, sino que se pinta como una maldición para la humanidad, mientras que los que se oponen a él son los héroes de la película.

Esta fórmula no sólo es anticuada, sino que resulta fatal aplicarla en la pantalla. La ciencia y la tecnología no han hecho más que impulsar el progreso humano, por lo que es una locura demonizar el pensamiento racional perpetuando el personaje del científico loco y glorificando en su lugar a los teóricos de la conspiración. La franquicia Monsterverse es culpable de ello.

El género deja mucho a la interpretación, pero el peor cliché que ha surgido en la ciencia ficción es atribuir a los extraterrestres los logros de antiguas civilizaciones. Estas películas, como Stargate, no hacen más que socavar las hazañas y los esfuerzos humanos, y son aún peores cuando toman las creaciones de un antiguo pueblo de color y descubren que en su lugar las construyó una raza de otro mundo.

Una vez más, sólo fomenta teorías conspirativas sin sentido que han prevalecido durante décadas. También parece bastante racista restar importancia a los logros de las personas morenas o negras, dando a entender que no podrían haber tenido la capacidad de construir el mundo como lo hicieron.

Un tropo que se popularizó durante mucho tiempo (y se sigue utilizando) era que los humanos sólo utilizan una parte de su cerebro, en torno al diez por ciento, al menos según Lucy. Esta fórmula implica que los humanos serían superpoderosos si realmente utilizaran el cien por cien de sus cerebros, y desbloquearían habilidades con las que sólo podrían soñar.

Aunque inofensivo, este tropo es molesto porque muchos espectadores creen que se trata de un hecho real, cuando no lo es. Tampoco ayuda el hecho de que la película se promocione de un modo que incita al público a creer una información muy inexacta y poco científica.