'Nader y Simin, una sepración', un thriller moral
El conflicto se planea desde el instante inicial: la cámara, fija sobre los dos miembros del matrimonio, los deja hablar, sin mostrar al juez que los escucha. Se marca en esta secuencia la intensidad que sostendrá al resto del film. Armado sobre escenas muy extensas, que no pierden nunca interés, tiene una duración de dos horas de la que no se podría eliminar nada. Utilizando la estratagema característica de los thrillers, la dosificación de la información gracias al empleo de elipsis y a la suma de los distintos puntos de vista que funcionan como cronistas, mantiene una intensa tensión. Esta no se debe a que, como en cualquier otro film policíaco, nos enganche la intriga por resolver el delito y tampoco los giros funcionan como sorpresas reveladoras. La angustia se produce y sostiene por causa de la empatía moral que se desprende de una circunstancia que, a grandes rasgos, podría originarse en cualquier lugar del globo.