Crítica de "El Ilusionista" de Sylvain Chomet: pequeña gran maravilla
La segunda película del animador francés Sylvain Chomet es una auténtica obra de arte. Así, dicho rápido. Si habéis visto "Bienvenidos a Belleville" reconoceréis su estilo de dibujos, pero el contenido es completamente diferente.
"El Ilusionista" es una película basada en un guión del mismísimo Jaques Tati, maestro del humor silencioso francés. Y toda la película es un homenaje a él: su filmografía, su persona y su personaje Mr. Hulot. Pero aunque reconozcamos a ese primer Hulot sencillo y optimista, la cosa se torna gris.
El argumento habla de un mago que recorre Escocia haciendo espectáculos que siempre acaban en fracaso: los grupos rocks se imponen y ya a nadie le importa la magia. Hasta que una niña aparece en su vida. Entonces la existencia de El Ilusionista cambia y su única misión es cumplir todo lo que desea ella haciéndole creer que sus trucos son reales.
Pero El Ilusionista es una película pesimista, sobre el fin de la magia. Payasos y ventrílocuos salen mal parados. ¿Hasta que punto se puede mostrar únicamente la cara alegre de la vida? Maravilloso, triste y melancólico el momento en que Hulot se encuentra consigo mismo.
Recomendamos completamente El Ilusionista. Pequeña y maravillosa.